La adolescencia es una etapa de rebeldía y también de formación. La edad del pavo es caldo de cultivo para las decisiones menos acertadas y también para actitudes dignas de aplauso. Pero lo ocurrido no fue en esta oportunidad, motivo de felicitaciones.
La decisión que tomaron un par de alumnos de El Nacional fue, como se dice en la jerga popular, una metida de pata importante. Pero esa travesura que los llevó a romper con las normas y con lo establecido, propio de la edad, no les dejó ver que perjudicaban a muchos de sus compañeros.
El contingente está formado por 122 alumnos en un viaje previsto de 5 días y 2 noches alojados en hostel. Típico de viajes, sobre todo cuando se trata de egresados, los chicos se reúnen en un par de habitaciones. Nada fuera de lo común hasta que una revisión delató a un grupo con alcohol y marihuana.
Los profesores que acompañaron al grupo y el equipo de conducción, decidieron que los 15 alumnos que rompieron con el acta de compromiso firmada con los padres, se quedaran sin excursiones el día 19.
Por otra parte, esa acta de compromiso firmada con los padres establecía claramente que si algo pasaba, debían volver, razón por la cual se adelantó el regreso unas horas, con salida a Villegas el miércoles a las 21 horas, después de cenar, en lugar de hacerlo a las 6 de la mañana del día jueves.
Andrea Ruiz, directora de El Nacional expresó que pese a estar de licencia desde el martes, «acompañé la decisión porque se cumplió con lo pactado» en el acta firmada por todos.
El resto de los alumnos, cumplió con todas las excursiones previstas, que fueron las ruinas jesuitas de San Ignacio Miní, el parque Iguazú, Minas de Wanda, el Aripuca, Hito Tres Fronteras.
Qué pasará cuando regresen
Para el Inspector de Enseñanza Nivel Secundario, Fabián Sueldo, se trata de una «transgresión a las normas de convivencia» de la escuela y agregó que «las sanciones son siempre reparadoras, por lo que deberán trabajar en el marco pedagógico» sobre lo que sucedió.
Tras el regreso a nuestra ciudad, alumnos y docentes se reunirán en el Consejo de Convivencia (con el que cuentan todas las escuelas), quien establecerá las sanciones, que se prevén en los acuerdos institucionales.
Cada establecimiento tiene la potestad de decidir cuál o cuáles serán las sanciones (siempre reparadoras) «de acuerdo al contexto y a la reincidencia» en la transgresión de normas por parte de los alumnos, explicó Sueldo.
El debate sobre las sanciones
El tema de las sanciones en las escuelas es un debate continuo desde distintos ámbitos, no solo educativos, donde muchos docentes se encuentran sin herramientas ante algunas acciones de los alumnos, sino también desde los hogares.
Hoy que no existen más las amonestaciones, ni las suspensiones y mucho menos las expulsiones, se busca promover la reparación del daño con medidas reparadoras.
Lo que sí está claro es que es cada vez más necesario revalorizar el rol y la autoridad del docente desde todas las instancias, tanto desde los padres, como desde las propias autoridades.
La cuestión no es sólo educativa, nos hace pensar en cuál es el valor que le damos a la norma y qué ejemplo damos a los chicos.
¿Cómo vamos a incentivar el cumplimiento de la norma cuando parece un valor violarla? ¿Cómo hablar del respeto al otro y el diálogo como forma de plantear las diferencias con los ejemplos que muchas veces damos los adultos? ¿Cómo revalorizar la norma y el rol docente cuando muchas veces desde diferentes sectores deslegitimamos su accionar?
Hacerse cargo de los errores es la manera de aprender y de formarse. Es necesario poner claramente los límites y no mirar hacia otro lado.
