La exposición de motos antiguas, y de autos clásicos y de carrera emplazada en el Museo Histórico Regional fue la excusa perfecta para una noche muy linda, de rencuentros y sensaciones generosas.
Junto a la gente del museo tallaron un grupo de amigos de Junior Lamanno, un joven de este medio que falleció muy joven y que -como Bernardo Mata, fallecido en enero, y José Luis Chavarri, presente en el lugar-, tuvo su homenaje por su pasión por el deporte motor.
Mata fue un pionero del motociclismo de General Villegas y por décadas cultivó en su taller su amor por esta especialidad deportiva. José Luis Chavarri hizo mucho por el automovilismo local incluso desde el periodismo, a través de Actualidad, en distintos ciclos del medio, especialmente en el programa Ovación.
Desde media tarde se pudo observar tres motos de Mata en exposición, con sus fichas técnicas y su historia. «Las dos motos de Bernardo Mata debe hacer más o menos 40 años que no salen a la luz», contó Agustín Bilotta en su visita a este medio. Pero no fueron las únicas: hubo otra veintena de Ducati, Guzzi, Gilera, DKW, Siambretta, para delicia de los visitantes.
Chavarri contó anécdotas e historias del automovilismo y el motociclismo. «Sería interminable contar todo. Pero la de la carrera de la moto, avión y caballo en el paraje conocido como el tanque roto siempre se destaca. Alberto Ballari siempre dijo que ganó él, pero no se pudo probar», puntualizó.
Corrió algunas carreras con un Chevrolet 400 color gris, incluso una con su querido amigo César Barroso, escapados, en Villa Mercedes, San Luis. «Lo más lindo fue que la ganamos, así que cuando volví a casa con la copa me pegaron un reto que todavía recuerdo», admite, cuando ya claramente la travesura prescribió.
También fue relator de carreras de bicicletas «que se hacían en un circuito céntrico, en una época en que la Unión Deportiva Villegas había resurgido. Pero de aventurero, nomás, aclara Chavarri con la calidez y la humildad de siempre.
Por su parte Cristina Rodríguez, compañera de Bernardo Mata durante 40 años, agradeció a Román Alustiza por ser quién, «a través de una nota que hizo para Actualidad, puso en relieve la actividad de Bernardo. También a Agustín Bilotta, que iba mucho al taller y Bernardo le reconocía el amor que tenía por las motos. Ya sabemos que era muy parco y por eso lo escuchaba, si no le hubiera dicho que se fuera (risas).»
«A él le gustaba competir contra el mismo y ser respetuoso con los rivales. Buscando papeles encontré un reconocimiento de gente de General Pico que realmente lo pintaba como era: muy introvertido, pero muy valioso, lleno de valores», lo recordó su compañera.
«Bernardo era muy hábil, muy estudioso. Amaba la física y la química. Todo lo desarrollaba, lo dibujaba. Amaba la música clásica, tocaba el órgano y la armónica de oído. Era una persona distinta.» Claro que sí. Nadie mejor que ella para describirlo.