El Museo Histórico Regional invita a una muestra transitoria, que permanecerá abierta durante enero y febrero; y que cuenta la historia de Roberto Ausili y sus herramientas de trabajo.
«Es una donación que hemos recibido de parte de él y su familia. Hace mucho tiempo que nosotros tenemos en el anexo las herramientas, que hemos recuperado, porque han estado descuidadas. Nos llevó un tiempo largo hacerle la limpieza, restaurarlas, encolarlas y sacarles el óxido. Las van a poder ver no como realmente eran, pero aproximadamente», comentó al respecto Miguel Alegrí.
«Son muy bonitas -dijo-. Hay una gran variedad de herramientas de construcción, de carpintería… Roberto, si bien fue un autodidacta, fue muy preparado, porque desde joven se instruyó haciendo cursos por correo, que en aquella época se usaba mucho. Comenzó trabajando desde pequeño en la panadería de los padres y de joven trabajó en la Tienda Renati. Si bien primero era cadete, después terminó siendo vidrierista, hacía unas vidrieras hermosas, sobre todo para los días patrios. Era como una competencia, se hacían vidrieras muy imponentes y animadas con efectos de agua o luces. Para aquella época era muy asombroso».
El Museo Histórico Regional permanece con sus puertas abiertas de 10 a 12 horas por la mañana; y por la tarde desde las 19, «hasta que se va el último de los visitantes, que suele ser tarde», sostuvo Alegrí, haciendo alusión a que «la gente, como hace calor, sale a última hora».
Roberto Ausili fue parte también de la construcción del Balneario municipal; y «en un sector exponemos los presupuestos y los cálculos que realizó; también los nichos que hizo en diferentes localidades del Partido de General Villegas. Eran grandes constructores, incluso fabricaban sus herramientas para determinados trabajos. Eran creadores. Y pertenecían a un círculo de grandes artesanos, profesionales de la construcción», comentó Alegrí.
«Pero quiero hablar de Roberto como persona -continuó-. Él vive, está en el Hospital y desde muy niño tuve la oportunidad de conocerlo, también a su hermano (trabajaban juntos) y a su madre. Ellos fueron preparados muy bien culturalmente, porque eran grandes lectores, recibían por correspondencia diferentes cursos y eran además grandes dibujantes, les gustaba dibujar».
«Políticamente estaban embarcados dentro del pensamiento socialista y lo demostraban en su trabajo. Ciro, que era muy amigo de mi padre, falleció joven. Antes de ese momento final, le dijo al hermano que había dejado un cuadernito donde anotó a quién tenían que ser destinadas sus cosas, incluyendo a sus empleados. Hablamos de buenas personas, sobre todo», agregó.
Por otro lado, Alegrí comentó que «nos estamos organizando con su hija para que Roberto pueda venir a ver la muestra»; y destacó que «con esto cumplimos un objetivo, que es homenajear a aquellos que pusieron un granito de arena para construir esta comunidad. Hoy le toca a Roberto Santos Ausili».
Sobre el homenajeado
Roberto Santos Ausili nació el 14 de abril de 1933. Hijo de Arcaro Ausili, italiano venido de Ancona y de Teresa Sargouce Ardanch, hija de un Vasco francés. Tuvo 6 hermanos, de los cuales él es el menor.
Estudió hasta el 6to grado antiguo en la Escuela N° 17 de G. Villegas. De muy corta edad el padre lo mandó a trabajar y repartía el pan de la panadería Ceres (que era del padre) en un carro con un caballo llamado Capitán… que se sabía de memoria el camino del recorrido hasta el Elordi.
Cuando terminó la primaria empezó a trabajar en tienda Renati de cadete y como el padre no lo dejó seguir el secundario para que trabaje, él compraba cursos por correo y leía mucho. Al tener inteligencia manual y artística pronto llegó a ser vidrierista de la tienda en cuestión.
Fue dibujante, pintor, artesano, carpintero, camionero, albañil, constructor y diseñador de casas, piletas de natación y estufas de leña. Siempre siendo autodidacta. Trabajó también en marmolería con su hermano Ciro Ausili y, además, tuvieron un aserradero.
Participó en la construcción del Balneario Municipal, construcción de nichos en cementerios de los pueblos. Estuvo también encargado en una semillera que estaba en los terrenos de la estación del tren. Trabajó para Jorge Schikoff y para Oscar Lago hasta sus últimos días de trabajo, ya transitando una edad muy avanzada.
Tuvo muchos empleados que lo recuerdan con afecto, José Sagrado, Carlos Moreira y Javier Peralta, entre muchos otros. Seguramente ha sido alabado por algunos y criticado por quienes lo han conocido. Pero en lo que la mayoría coincide es en que siempre ha sido honesto, trabajador y buena gente. Su esposa fue Laura Caivano. Siempre se destacó por amar a la naturaleza y a los animales.
Proyectando
En otro aspecto, adelantó que «la próxima exposición que está organizando la comisión es una muestra fotográfica de los frentes antiguos que quedan en Villegas. Las fotografías van a ir acompañadas por la historia de algunas de esas casas, que aún se conservan. Esto será en marzo o abril».
A su vez, destacó que entre las muestras que se programarán, «habrá otras que se hacen por sugerencia de la comunidad. Generalmente la gente hace propuestas, incluso porque tienen una colección de objetos culturales importantes y a veces las acompañamos con las que ya tiene el Museo».
«Seguimos trabajando, se va concretando, desde el punto de vista museográfico, cómo deben ir expuestos los objetos, acompañados por el ploteado con sus historias. Tenemos que continuar haciendo eso, porque estamos un poco detenidos. Ya lo vamos a lograr, ganas no faltan y el equipo funciona, así que siempre estamos en movimiento», concluyó.