Elsa Luisetti de Santiago resultó víctima de un robo a través del famoso Cuento del Tío. Ocurrió este jueves en Cañada Seca y su hija, Alejandra, lo habló con Actualidad para advertir sobre este tipo de delitos que se repite, en sus distintas modalidades, a pesar de los alertas que en forma periódica se dan a conocer.
«Lo que le ha pasado a mi mamá no ha sido para nada agradable. Estamos muy tristes», expresó la mujer; y relató que todo ocurrió entre las 10 y las 10.20 horas. «Se hicieron pasar por su nieta, que es mi hija Judit», dijo, aunque rápidamente reconoció que «en realidad los nombres se lo fueron sacando a medida que se daba la charla».
«Mamá nombró por ejemplo a uno de mis hermanos, Sergio; y se fueron tomando de los nombres que ella dio. Y empezaron a decirle que si tenía pesos argentinos o dólares había que cambiar todo porque ya no se iban a usar más, que Sergio estaba en el banco, que el abogado de Seguros Sancor iba a pasar a retirarlos y que mi hermano en media hora iba a estar en casa con todo el dinero», continuó.
Alejandra manifestó que «nosotros siempre le decíamos a mamá que no atienda esas llamadas, que no se deje engañar, pero hoy estuvo desatenta. Mientras hablaba con alguien que se suponía era mi hija, un chico jovencito golpeaba la puerta, ella lo atendió, pasaron por el patio, él muy amable, la trató siempre muy bien y, sin darse cuenta, ella le dio todo».
Inclusive «cuando se iba le preguntó si no tenía algo de oro. Le dijo que no. El muchacho se fue y cuando llego yo, que estaba trabajando en Rufino, me cuenta lo que pasó. Fue cuando le dije: ‘¡mamá te estafaron!’. Y llamamos a la policía. Pero para todo esto ya había pasado una hora».
Sin demasiados detalles que dar a conocer públicamente teniendo en cuenta que se está trabajando en el marco de la denuncia, Alejandra pidió que «la gente mayor esté atenta, porque nosotros nos podemos dar cuenta enseguida, pero cuando a ellos los empiezan a apurar no les dan tiempo de pensar que los están estafando».
Elsa Luisetti de Santiago vive sola, tiene 89 años de edad. «Cayó cuando le dije que había sido una estafa. Siempre le dijimos sobre las llamadas, porque en Cañada Seca es común que se hagan y entre todos siempre lo estamos comentando. Le hemos dado recomendaciones, pero evidentemente hoy tenía que pasar», dijo su hija, resignada.
Comentó a su vez que Elsa «está bastante nerviosa, un poco asustada, pero se le va a pasar. Por supuesto que esta angustia le va a durar unos días y le va a costar volver a confiar. La idea de contarlo y hacerlo público es para que la gente sepa que en los pueblos también nos pasan cosas».