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miércoles, noviembre 13, 2024

Jacinta Gómez, la contadora villeguense que cumple sueños por Europa

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Letonia puede ser un país exótico y desconocido para muchos. Ese no es el caso de Jacinta Gómez, la joven villeguense de 32 años que está radicada hace dos años en territorio báltico. Junto a su esposo Eusebio, también villeguense, recorren el mundo en busca de oportunidades.

En la madrugada letona del miércoles, Jacinta dialogó con «GPS, villeguenses por el mundo» para contar su experiencia, relatos y sensaciones de su vida por el Viejo Continente.

¿Cómo fue el proceso de emigración?

En primer lugar, contó que le llegó una propuesta laboral para seguir su vida en Europa. «Yo pensé que los trámites de la visa iban a demorar mucho más», dijo la villeguense, que estudió y se recibió de contadora.

Sin embargo, contó que sólo cinco meses después se aprobó la visa y no tuvo otra opción que emigrar rápidamente. «Se dio todo muy rápido y fue shockeante. Todos sabían que en algún momento iba a emigrar, pero así y todo fue sorprendente», sostuvo.

Primera experiencia en el exterior

Así fue como en 2019 tuvo su primer paso por Europa, específicamente en Eslovenia, donde trabajó realizando testeos y relevamientos. El alto nivel de inglés que manejaba Jacinta fue clave para el acercamiento de esta irresistible propuesta. «Estuve solo tres meses, es un país muy chico», aclaró.

Luego de ese fugaz viaje, regresó a Argentina con la idea de establecerse en otro país. Sin embargo, la pandemia se hizo eco en todo el mundo y ella no contaba con ciudadanía europea, algo que «hace difícil que las empresas gestionen una visa de trabajo».

En su opinión personal -y luego de haber visitado varios países de Europa-, Londres y París fueron los destinos más atractivos. Aunque comentó que «todavía quedan bastantes ciudades para seguir conociendo».

«Londres en junio 2022. Una de mis ciudades favoritas en el mundo. Por suerte pude estar ahí varias veces, pero cada vez que voy me sigue sorprendiendo. Esta vez fui por un motivo más que especial, porque fui a ver por primera vez a los Rolling Stones».

¿Cómo llegó a Letonia?

A todo esto, un nuevo horizonte iba a entrometerse en la vida de Jacinta: Letonia. La decisión de su llegada a aquel país fue exclusivamente laboral: «Estaban buscando una persona para mi equipo de trabajo dentro de la empresa en la que yo me desempeñaba».

Pese al desgaste de su ocupación, la joven realiza constantes viajes por el continente. «Es algo muy tentador, el tiempo es alto y se puede manejar. Igualmente, mi idea es enfocarme en la carrera de contadora y prepararme profesionalmente; no pasa tanto por viajar», confesó.

¿Qué te llamó la atención de Letonia?

Algo que sorprendió mucho a Jacinta fue la personalidad de los letones: «Son callados, sumisos y fríos, muy diferentes a los argentinos».

«Es un país muy chico y con una cultura totalmente diferente a la nuestra, es una linda experiencia en mi vida», dijo. Además, comentó que les llama la atención el cariño y amor que se brindan entre sí los argentinos: «Ellos solo te dan la mano, no se abrazan y besan al momento de saludar».

En cuanto al clima, contó que los inviernos son «duros y largos». Tal es así que la calefacción central del país funciona desde octubre hasta abril. También dijo que el sol es atípico en este país; y hay épocas donde ya es de noche a las 16 horas. «Ha llegado a hacer -30°C», afirmó.

Por el contrario, los días en verano son muy extensos y a la medianoche sigue estando de día: «En esta etapa, es de noche solo por cuatro horas diarias».

En Riga, en la primera nevada del invierno 2021/2022. En Letonia el invierno es muy largo. La calefacción se usa de octubre hasta abril, ya que la temperatura media es de -5 grados, con picos de hasta -30 grados.

Jacinta en la Actualidad

Actualmente trabaja para un grupo de empresas llamado Aleph, dedicada al mundo de la publicidad, precisamente a la venta de espacios publicitarios en redes sociales. «Es algo difícil de entender, mi tarea está dentro del área de finanzas, específicamente en el reconocimiento de resultados», señaló.

La joven vive en la capital del país, llamada Riga, un ciudad de 632,000 habitantes, a la que describió: «Es muy linda, los edificios son muy antiguos, de estilo soviético; y no hay papeles en el piso». Además, contó que es un territorio marcado por las guerras y, ante esto, existe un nacionalismo muy grande en la población.

Su pareja es Eusebio Larrañaga, también villeguense, con quien está casada desde hace un año. «Hoy en día él está por emprender un proyecto personal y trabaja constantemente en eso», expresó.

«Con Eusebio, mi marido. En Gante, Bélgica. Un viaje que hicimos por mi cumpleaños en agosto de 2022».

Planes para el futuro

La idea de Jacinta es seguir viviendo en Letonia por un buen tiempo, continuar con su carrera laboral y terminar de hacer su ciudadanía española, algo que le permitiría seguir viviendo en Europa por varios años más.

También descartó la posibilidad de regresar al país por el momento. «En un futuro me gustaría estar en un país con una cultura más parecida a la de nosotros, eso ayuda a que no sea tan difícil y lo convierte en algo racional», verbalizó.

«Conociendo Vilna, Lituania. El otro báltico que queda al lado de Letonia. En la foto estoy con una amiga de Uruguay que hice en Riga».

¿Qué es lo que más se extraña de Argentina?

Los afectos, el clima y la gastronomía son las cuestiones que más echa de menos la joven. Aseguró que lo social es lo más difícil: «No hay muchos argentinos por acá cerca, los que estamos nos conocemos entre todos. Por eso tenemos bastante contactos con españoles, que son muy cercanos a nosotros», detalló.

También indicó que lo más complicado es perderse acontecimientos importantes y simples, como casamientos, nacimientos o, incluso, compartir las peñas de todos los martes con sus seres queridos. «Me duele saber que durante un buen tiempo no voy a ser parte de eso», agregó.

Anécdotas

Algo llamativo de su vida en Europa fue el casamiento con Eusebio: «Me pareció divertido casarme en Leton, una iglesia ortodoxa, con testigos que ni conocíamos. La ceremonia y demás era algo normal para ellos, pero para nosotros fue impactante. Apenas entramos había una señora vestida de negro y otra blanca como un fantasma. Fue surrealista pero lindo», recordó.

Otro recuerdo, aunque no tan agradable, sucedió en su primer invierno en Letonia: «Yo no estaba acostumbrada a la nieve, entonces cuando salí a caminar me tropecé y, por consiguiente, me fracturé la muñeca. Para colmo estaba sola (Eusebio todavía no había llegado al país) y no hablaba el idioma, así que no podía comunicarme», dijo.

Entonces Jacinta se tomó un taxi y para su fortuna el conductor hablaba inglés, por lo que se pudo comunicar y llegar a un hospital, donde le realizaron placas y finalmente la sometieron a una operación. «Fue algo bastante duro, me pusieron tornillos y estuve tres días internada», contó.

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