Si alguien sabe de experiencias en el extranjero, esa es Carolina Piacentini. Italia, Alemania, Brasil, fueron algunos de los destinos donde vivió la villeguense, desde el 2000 hasta la actualidad.
En su visita por la ciudad, «Caro» aprovechó para pasar por «GPS, villeguenses por el mundo» y dialogar con Esteban Mutuberría sobre su extensa historia fuera del país.
Primeros pasos
En 1992, Carolina partió rumbo a Tandil, lugar donde vivía su hermano, con el objetivo de dar sus primeros pasos en el estudio.
La idea de emigrar surgió después de un buen tiempo y, a priori, era solo por algunos años para luego volver, siempre con las ganas de conocer el mundo y las distintas formas de vida. «Me dolió mucho irme, pero siempre estuve rodeada de gente muy buena», subrayó.
Asimismo, contó que tomar la decisión no fue complejo, ya que su familia siempre estuvo abierta a las nuevas experiencias. «Es complicado dejar tus cosas, pero ellos (su familia) me acompañaron en todo momento a la distancia», dijo.
Primer viaje a Europa
El primer destino en el exterior de Carolina y su pareja fue Italia, específicamente Piacenza, donde llegaron en 2000: «Es un lugar cerca de Venecia y muy pequeño con gente hermosa».
En Italia se mantuvieron por 6 años en su primera etapa. En esta experiencia, opinó que los argentinos se parecen mucho a los italianos en varias cuestiones.
Estadía en Alemania
Tras su paso por el país «tano», Carolina se mudó al sur de Alemania por una propuesta laboral a su novio, quien tiempo después se quedaría con la empresa, por lo que se mantuvieron en el suelo alemán, pero en una ciudad más pequeña.
La villeguense reconoció haber sido «injusta» con Alemania por sus prejuicios sobre el país. «Hay gente muy agradable y familiera, son más cerrados, pero cuando forman una amistad son fieles a ello».
Y dijo que el clima es lo más complejo del país. «Se hace de noche muy temprano y hace frío las 24 horas. Hay pocos días de buen clima».
Regreso a Sudamérica
Posteriormente, y a muy poco tiempo del nacimiento de su hija, Carolina y su pareja aprovecharon la ocasión para regresar por dos años a Argentina.
«Tratamos de buscar el momento justo de volver al país, era algo que queríamos mucho», dijo al respecto.
Y luego él vivió durante dos años en San Pablo, Brasil: «Es una ciudad muy linda, con linda vegetación y gente fantástica. Me sorprendió para bien».
Vuelta a Italia
Al poco tiempo de sus pasos por Sudamérica, volvieron a Italia para vivir en Pavía, una ciudad cercana a Milán: «No es la más linda en lo natural, pero es antigua y eso impacta».
Y afirmó que se tiene una buena referencia de Argentina en aquellas tierras: «En Italia nos quieren muchísimo. Recuerdo que en 2001, año del corralito, hablaban de lo que estaba sucediendo en Argentina con mucha tristeza y angustia. Se siente mucho respeto por nuestro país».
¿Qué es lo que más extraña de Argentina y General Villegas?
«Obviamente mi familia», dijo sin dudar. Sacando a sus seres queridos, dijo que extraña mucho olores particulares, como el pasto cortado, o ruidos en especial, como el de los pájaros.
«He vivido en lugares donde se come muy bien, pero la gastronomía de nuestro país siempre fue algo que eché de menos, como el dulce de leche», agregó.
Carolina admite que en más de una oportunidad se ha arrepentido de su decisión. «Las cosas se van dando de alguna forma, hay que intentar, pero también depende del contexto».
Actualidad y planes para el futuro
Actualmente, su pareja está viviendo en Leipzig, una ciudad «grande, bonita y universitaria», ubicada a una hora y media de Berlín, la capital del país; y muy cerca de República Checa y Polonia.
«Quién lo sabe», dijo sobre su futuro a largo plazo. Aunque aseguró: «Siempre estoy con un pie acá y otro allá, eso es lo que espero a diario».
«Siempre traté de echar raíces a cada lugar donde fui, no me gusta estar de paso porque es muy triste. Lo más lindo es extrañar una vez que te fuiste», añadió al respecto.
Al ser consultada sobre la posibilidad de volver a Argentina, respondió: «Yo me veo en todos lados, uno se adapta. Hay cosas que nos afectan más, pero si se rescata lo mejor de cada lugar, todo es maravilloso».
Anécdotas
«Un día acompañé a mi hija al colegio a las 7 de la mañana y se veían los tanques de guerra en Polonia, que está a 15 kilómetros de mi casa. Siempre estamos con un poco de atención a estas cosas», comentó.
Un recuerdo lindo que tiene en la memoria es el recibimiento que les hizo una familia alemana cuando llegaron a una ciudad pequeña, donde se asentaron por un tiempo. «Ellos son bastantes cerrados, pero nos dieron la bienvenida con carteles en la puerta y mucha amabilidad», explicó.
Por último, se refirió a las experiencias que son preferibles olvidar y dijo: «He tenido malas experiencias, pero no recuerdo que hayan sido muy graves. Soy muy afortunada en este sentido».