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domingo, octubre 6, 2024

Perfiles de la decadencia argentina | Por Omar Emin*

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Un maravilloso país con tres copas del mundo, cinco premios Nobel, los cuatro climas, tango, dulce de leche, vinos de calidad y un enorme potencial, donde…

Una votación entre 75 miembros de la entidad rectora del deporte más popular, sale 38 a 38.

La gente se queja del capitalismo y adora a la izquierda con el último modelo de iPhone en la mano.

El billete de mayor denominación no compra casi nada importante (y lo escribo así porque esto cambia constantemente y cada día que pasa compra menos cosas).

Sobre el final del actual torneo del deporte más popular, cuando los números están bastante confirmados, se anuncian cambios fundamentales para el descenso de los equipos a la categoría inferior.

Los crímenes y los atentados a los derechos humanos se pasan primero por el tamiz de la política y después vemos si se reconocen o son ignorados.

Los presos manejan su actividad delictiva desde la cárcel, porque es un derecho tener teléfono.

Los subsidios por cualquier cosa, desalientan el trabajo verdadero.

El Estado está “presente” en tantas cosas que no está en casi ninguna.

Los presos reciben salario sin trabajar.

El gobierno apoya con el mismo énfasis (depende donde se encuentre) a Cuba, Venezuela, Rusia y China o a las ideas de los otros países occidentales y de primer mundo.

El relato supera, desde hace mucho tiempo, a todo vestigio de realidad.

Los empleados del Estado “manejan” la frecuencia del transporte y de la educación; en resumen, el ritmo del trabajo y del futuro de la gente.

La inflación carcome los ingresos de todos, pero fundamentalmente los de las clases medias, medias bajas y bajas, que siguen votando mayoritariamente el mantenimiento del “status quo”.

Los alumnos gracias a la inteligencia artificial (IA), van a saber más que sus instructores.

Quienes más fervientemente defienden los derechos humanos, veneran al “Che” Guevara.

Los titulares de los sindicatos más importantes hace 35/40 años promedio que permanecen en sus cargos y la mayoría son millonarios, sin trabajar.

Se defienden ideas de izquierda, pero se vacaciona en Miami o Nueva York.

La gente no es mansa, solo miente en sus ingresos.

La educación está cada vez más deteriorada.

Existe un estadio de futbol, con el nombre del Presidente de la Asociación de Futbol, quien todavía está vivo.

Una cantidad inusualmente significativa de personas es mantenida con el aporte y los impuestos de muy pocas.

Las divisas por exportar pertenecen al Estado, no a los generadores de esas divisas.

Los productores primarios se quejan del precio de sus productos, pero no les agregan valor alguno, ni intentan hacerlo.

Los tributos e impuestos no son tan altos porcentualmente como en otros países, solo que los servicios que debieran ser prestados con esos fondos son totalmente ineficientes y en algunos casos, inexistentes.

Los políticos saltan de un cargo a otro, aún sin finalizar el mandato para el que fueron elegidos.

Los tiempos de la justicia se miden con un reloj de arena …, pero lleno de piedras.

La salud en centros públicos, es gratis para los extranjeros.

No hay precios con descuentos significativos para los habitantes del país en los centros de turismo, con valores inflados por y para los extranjeros.

La mayoría de los habitantes espera demasiadas cosas de la política y de los políticos. Cosas que deberían obtener por su propio esfuerzo, capacidad o un equilibrado juego de ambos conceptos.

A lo largo del tiempo, muchos gobiernos terminaron fracasando porque no quisieron afectar los intereses corporativos de sindicalistas, piqueteros, empresarios y otras corporaciones.

Los presos y las personas que reciben subsidios, votan.

Existen políticos que han dado vuelta por todos los ángulos del ideario.

La educación en instituciones públicas es gratis para los extranjeros.

La inseguridad alcanza niveles altísimos.

Las fuerzas de seguridad han sido sucesivamente defenestradas en forma directa o no, por la clase política.

Los Ministros de Economía, salvo raras excepciones, no saben nada de economía.

El Estado tiene una gran cantidad de empresas donde se crea y da empleo a militantes, sin importar ni la eficiencia, ni la prestación del servicio.

Las sillas de ruedas y demás artículos del PAMI, llegan después que los usuarios han fallecido.

Toda intención de poner orden, es interpretada como represión.

Los cancilleres, salvo raras excepciones, no saben ningún otro idioma más que el nativo.

El actual Ministro de Economía y ahora candidato a Presidente puede mostrar como logro un 150% de inflación anual, al menos hasta ahora.

Las obras sociales sindicales no funcionan en todos los lugares, a pesar de los aportes realizados por los empleadores, en todos esos lugares.

Es casi un pecado mortal hablar de dinero o de ingresos, no porque el pueblo sea muy religioso, sino por la omisión en la información de los ingresos.

El sistema jubilatorio está quebrado por las decisiones de los políticos de utilizar los fondos para cualquier cosa, menos para pagar los haberes jubilatorios.

Cada vez que hay algún problema, encontramos un nuevo nieto.

Se intenta imponer el idioma inclusivo, en una cantidad de ámbitos.

Se demonizó el sistema privado de jubilación hasta quitarle todos sus fondos, para poder usarlos con fines políticos.

Los vuelos comerciales no despegan ante la más mínima contingencia meteorológica.

La empresa que más valor tiene se muda a Uruguay y organiza su logística desde Brasil.

Se cuestiona a un influencer y se le ponen todo tipo de trabas, por hacer una colecta para salvar a un Club de futbol, cuando los dirigentes son incapaces de hacerlo.

Hay “desaparecidos” que aparecen en otros países, unos años después.

La gente común tiene que decir de donde obtuvo el dinero para comprar un auto o una propiedad de carácter normal.

Un candidato sin estructura tiene una de las tendencias de voto más altas, sin pensar los votantes que si gana va a tener que valerse de la misma estructura que critica para poder gobernar, haciendo que los políticos que deberían estar fuera del sistema y que el candidato dice odiar, vuelvan a ingresar al mismo.

La mayor eminencia médica se suicida por no poder encontrar ayuda para desarrollar su actividad.

Mientras todos están encerrados por las medidas de prevención del COVID 19, se organiza la fiesta de cumpleaños de la primera dama en la quinta presidencial.

Existen políticos que creen que se puede dialogar con sindicalistas, piqueteros y otros sectores intransigentes a un cambio significativo.

El trabajo y los merecimientos, son derrotados por la chatura y la mediocridad.

Se piensa que el millonésimo control de precios en casi 80 años, esta vez derrotará a la inflación.

Los delincuentes entran y salen de la cárcel como si nada.

No se adquieren las vacunas más efectivas para combatir el COVID 19, por miedo a que los laboratorios extranjeros se adueñen de nuestras bellezas y reservas naturales (glaciares, acuíferos).

La gente que hace popó en una latita, sigue votando al político que hace todo lo posible para que esa gente siga haciendo popó en una latita.

Se sostiene alegremente que emitir dinero sin respaldo, no trae como consecuencia la inflación.

La mayoría de los políticos y candidatos a serlo jamás han pagado un sueldo.

Se practicó un censo hace más de un año y todavía se están procesando los resultados.

Ante la duda, hay feriado y no se trabaja.

Se hacen paros por cualquier cosa y en cualquier actividad sin importar si es esencial o no.

Las retenciones al sector agropecuario son altísimas y distorsionan todo el negocio.

Solo los hinchas locales pueden asistir a los partidos de futbol, de todos modos los desmanes no han disminuido en absoluto.

Este texto ha sido generado por un humano (desencantado).

*Omar Emin es Licenciado en Administración y Contador Público. Colabora con Actualidad en temas fiscales, laborales y económicos. También suele compartir sus opiniones y semblanzas sobre deportes, educación, historia, política y viajes, entre otros temas de interés.

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