El doctor Oreste Crusat de dirigió brevemente a los presentes luego de que en la sala de internación del Hospital municipal se descubriera una placa que lleva su nombre.
Luego de agradecer, expresó: «lo siento como una caricia de parte de ustedes. Podría romantizar esta reunión política diciendo que en una sala de internación todos los días se tejen historias lindas, tristes, de amor. Esa es la visión romántica de una sala de internación».
«No obstante, prefiero ir por una visión crítica, politizada, de una sala de internación que es el espejo -sin lugar a dudas- de lo que son las desigualdades en el ámbito social y político. Lo vemos todos los días, no podemos mirar para otro lado; y ese es mi pensamiento. Con la gran esperanza de que en mi país, en el planeta tierra en algún momento, esta globalización violenta, nos permita cierta igualdad en una sala de internación, que todos tengamos los mismos derechos», agregó.
Crusat pidió que «nuestras vidas no tengan precio en moneda, que valgan todas igual», al reiterar su agradecimiento.
Dijo además estar «contento y feliz por tener una terapia intensiva que permita contener al paciente crítico de alguna manera», aunque mencionó que en este sentido «también tengo una visión crítica de las necesidades del intensivismo. El 90% de las patologías en Intensiva es prevenible».
Para Crusat es otro «espejo de nuestro mundo violento, porque la incidencia de internación en un intensivismo es la patología traumática, urbana y cardiovascular. Ojalá la usemos lo menos posible, que esté vacía. Ese sería un signo de que las cosas van bien».