«GPS, villeguenses por el mundo» prendió turbinas una vez más y viajó al norte del continente. Allí, en la inmensa Ciudad de México, se encuentra inmersa la protagonista del programa número 34.
Se trata de Cecilia Ruesta, cañadense de alma que vive en el «país azteca» hace un año y medio. La mujer de 38 años charló con Esteban Mutuberría y nos dejó una nueva historia de vida, esfuerzo y superación.
Primeros pasos
Cuando terminó el secundario, a sus 18 años Cecilia comenzó a estudiar en Buenos Aires, de donde son sus padres. Y conoció a Sebastián, su pareja actual, con quien tiene una niña de 5 años. Están juntos desde hace más de 20 años, aunque nunca se casaron.
Oferta laboral y salida al exterior
Varios años más tarde, él recibió una propuesta laboral para su empresa desde Ciudad de México y ambos lo analizaron. «Nosotros estábamos muy bien económicamente, pero pensamos que era una oportunidad de conocer algo diferente. Así que decidimos ir a probar suerte a este país, a mediados de 2021».
La decisión, a priori, garantizaba la posibilidad de «avanzar mucho» en lo laboral. Obviamente pensaron mucho en la oferta, pero siempre tuvieron claro que iban a aceptar por el crecimiento a futuro de la familia.
En su llegada al país, comentó que no le sorprendió el lugar ni la cultura en un principio, ya que es un territorio que había visitado antes. No obstante, explicó que vivir y asentarse en México era otra cosa totalmente diferente. «Venía con poca expectativa porque ya conocía la ciudad, que es muy bonita y agotadora», agregó.
Llegada y amoldamiento al país
El proceso de adaptación en México fue difícil en un comienzo. «Sufrí mucho por mi hija, que lloraba por no querer ir al colegio o distintas cuestiones que se hicieron complicadas. El vínculo que se genera no es el mismo, en Argentina somos muy sociables».
Pese a ello, contó que nunca la pasaron «tan mal» como para evaluar volver de manera definitiva. «Entendimos que iba a ser así, era cuestión de tiempo. Estábamos ocupados, pero no mal», indicó.
Destacó que siempre va a extrañar los afectos familiares y distintos aspectos de sus tierras. «México es un país muy lindo, con un paisaje maravilloso, pero el cariño de los seres queridos no se compara. Cada vez que vienen a México o voy de vacaciones a Argentina, me agarra una nostalgia que confirma que en algún momento vamos a volver», detalló.
Por otra parte, se refirió a la visión que tienen los mexicanos sobre nuestro país, una mirada que ha incrementado «cierta pica» en el último tiempo: «Se forjó una rivalidad, quizás el fútbol haya tenido que ver. Creo que no nos quieren mucho, me dí cuenta en el Mundial, donde no nos alentaron nunca. Se quieren comparar con nosotros, pero son muy inferiores».
Mencionó que sigue siendo muy futbolera, fanática de Riquelme y de Boca. «He llorado en la despedida de Román. También fui a la cancha de Boca muchas veces y he recorrido algunos estadios de México. Igualmente, el fanatismo no es el mismo que antes, porque uno tiene otras responsabilidades».
Planes para el futuro
Cecilia dejó en claro que «esto es por un tiempo» y volverán cuando «ya no aguantemos más. Creo que estamos para vivir afuera varios años más, depende mucho del trabajo de mi pareja».
Al mismo tiempo, descartó rotundamente la posibilidad de cambiar de aires y emigrar hacia otro país del mundo. «No critico la gente que lo hace, me parece genial, pero yo tengo súper claro que quiero estar cerca de la gente que quiero. Ir a otro país, aunque la propuesta económica sea genial, no me atrae», manifestó.
Por lo tanto, dejó la puerta abierta para un posible regreso a Argentina, algo que se hará realidad en algún momento, aunque no se sabe cuándo: «Mis raíces son argentinas, estoy muy arraigada al país y a mis seres queridos. Más allá de las críticas que hacemos diariamente, yo pienso que no debo estar lejos de las tierras donde quiero estar».
De todos modos, aclaró que no se imagina volviendo a Cañada Seca, sobre todo por lo acostumbrada que a las ciudades grandes. Más bien, dijo que sería un lugar cercano a Buenos Aires.
Esta fue una nueva historia de una luchadora de la vida, que tiene las cosas muy claras de acá en adelante, que se sacrificó por el bienestar de su familia, pero que todavía sueña con pegar la vuelta pronto.
Es cuestión de tiempo, pero Cecilia volverá a sus tierras, a su punto de origen, a donde siempre fue feliz. Mientras tanto, siembra la semillita a miles de kilómetros de su amada Cañada Seca.
