Luego de transitar historias exóticas por Seúl, Corea del Sur, de la mano de Mariana Villar, «GPS, villeguenses por el mundo» vuelve al continente y a uno de los lugares más visitados en todas sus ediciones: Chicago, Estados Unidos.
Allí radica Franco Tous, villeguense que se encuentra en el país norteamericano desde hace ya cuatro años. Protagonista número 39 y otra aventura para descubrir, bajo la conducción del comandante de este desafío, Esteban Mutuberría.
¿Cómo fue la decisión de partir?
La elección de emigrar no fue para nada sencillo. En conjunto con su familia, se inclinaron por seguir con su vida fuera del país. «Pensé más que nada en el futuro de mis hijos, ese era mi objetivo principal. Fue algo que costó mucho», afirmó.
Previo a dar el salto directo a Estados Unidos, Franco se asesoró con un amigo que ya había vivido en el país y despejó todo tipo de dudas. «Eso me abrió la cabeza y me sacó el miedo respecto a lo que me podía llegar a encontrar. Fue una gran ayuda porque me contó tal cual la realidad», aseguró.
Llegada a Norteamérica
La primera impresión fue de desconocimiento absoluto, sobre todo con el idioma, pero es una ciudad donde habitan muchos latinos y eso sirvió a que sea más leve el cambio para la familia.
Según distintas opiniones, el aspecto más complicado de la ciudad es el clima, en especial el frío. No obstante, eso no impactó ni afectó a Franco en su arribo al país y se pudo acostumbrar con el paso del tiempo.
Vida laboral
La parte laboral fue el factor más productivo para el villeguense en su llegada a Chicago, ya que no fue una cuestión compleja de asimilar.
Su primer trabajo fue en una fábrica de metal, donde se mantuvo por 20 días, porque no se sintió satisfecho desde lo económico.
Su siguiente trabajo fue en otra fábrica, esta vez de quesos, por ocho meses. Después estuvo de delibery en una empresa de muebles, una de las más reconocidas a nivel nacional.
«Empecé de ayudante unos meses, hasta que me ofrecieron manejar, así que arranqué ahí y me mantengo hasta el día de hoy. Es lo mejor que me pasó. Es un buen trabajo, con buen salario y vivo extremadamente bien», contó. A su vez, reconoció que en su trabajo aprendió mucho desde la parte del idioma.
Planes para el futuro
De cara a los próximos años, Franco comentó que tiene intenciones de continuar con su vida en Estados Unidos, donde ya ha echado raíces. El crecimiento de sus hijos, quienes también pesan en las tomas de decisiones, influye en esta decisión.
Por ahora, el villeguense no planea volver a Argentina, salvo alguna que otra visita. «Hoy en día no me veo en el país. Las posibilidades que les estoy dando a mis hijos, en Argentina es muy difícil de conseguir. Esa es la razón principal», explicó.
Balance de su experiencia
Franco analizó su paso por Norteamérica hasta el momento y reconoció que le ha ido muy bien. «No me puedo quejar, me di cuenta que la experiencia iba a ser positiva desde el primer día que empecé a trabajar. Puedo vivir bien y cada día estoy más convencido», detalló.
Entre lágrimas y felicidad, expresó que pudo cumplir con el objetivo previo, el cual constaba en pensar un futuro para sus hijos.
Asimismo, explicó que su actual pareja, también argentina, es fundamental para el sustento de la familia. «Nos vinimos a encontrar a Chicago, habiendo nacido en el mismo país, ja. Son las vueltas del destino», indicó.
¿Qué le sorprendió de Estados Unidos?
Franco confesó que pese a encontrarse a tantos kilómetros de su país, él trata de seguir constantemente sus costumbres y culturas de juntarse con amigos semanalmente, aunque para ello se deba avisar con mucha anterioridad.
Posteriormente, más allá de que se lamentó por ello, reconoció que le sorprendió el respeto que existe en Estados Unidos, algo que se perdió en Argentina, según el villeguense.
En cuanto a la visión que tienen los estadounidenses de nuestro país, subrayó que es agradable. «Uno cuando dice que es argentino, enseguida tratan de sacar conversación. Siempre entran por el fútbol, por toda la euforia que hay por la llegada de Messi, eso es lo que más conocen. Con el argentino no hay ningún problema, la pica es con el mexicano», mencionó.
Lo que más extraña Franco de nuestro país, además de lógicamente su familia, son los caballos. «Es algo con lo que me crié desde chico, entonces es lo que más me cuesta. En el momento que se pueda, trato de seguir con esa costumbre», dijo.
Esta fue la historia de Franco, un soñador en grande, que puso por encima la vida de sus hijos que su propia felicidad. Siempre con los pies sobre la tierra, consiente de lo que es capaz. Argentino, villeguense y triunfador, tres adjetivos que van de la mano.