21″GPS», el programa de los villeguenses, vuelve a emocionarnos como el primer día, bajo la conducción de Esteban Mutuberría.
En su edición número cincuenta y uno, la protagonista es Mariana Martínez, una vieja conocida en tierras extranjeras, que hace catorce años se encuentra en suelo trasandino.
De visita por General Villegas, pasó por los estudios de ACTUALIDAD y nos contó su propia historia de vida, llena de valentía, superación y esfuerzo.
Primeros pasos
Mariana nació en 1982. Diecisiéte años más tarde, en 1999, egresó en el Colegio Nacional de General Villegas.
Posteriormente se tomó un año sabático para pensar y reflexionar acerca de su vocación. Hasta que en 2001 se mudó a Río Cuarto, Córdoba, para estudiar y recibirse de la carrera de Psicopedagogía.
Al momento de rendir la tesis de estudio, Mariana tuvo un paso por General Villegas, donde trabajó en ADERID, en el municipio y en un consultorio.
La posibilidad de una nueva vida
Todo iba bien encaminado, pero como se suele parafrasear: siempre puede ser mejor. Es que en 2009 conoció a su esposo actual, oriundo de Chile, con quien estuvo durante un año en tierras trasandinas.
Mariana volvió a Argentina para realizar los trámites necesarios de la revalidación del título en Chile, su próximo hogar. En enero del 2010, por primera vez en su vida, se asentó en el país vecino y encontró su lugar en el mundo.
La decisión de emigrar no fue tarea compleja para Mariana, quien se mostró con mucho convencimiento y tesón de su elección de vida. «Cuando uno decide las cosas con el corazón, no pueden salir mal», expresó la villeguense de 41 años.
Además, contó que para su familia fue más difícil asimilar esta emigración, sobre todo por la poca comunicación que existía en aquel tiempo. De todas formas, aclaró que nunca se opusieron y colocaron la felicidad de ella por encima de todo.
Rancagua, el primer y único destino
El único destino de Mariana en su aventura trasandina fue Rancagua, donde llegó el primer día y se mantiene hasta la fecha.
Rancagua es una ciudad de la zona central de Chile, capital de la provincia de Cachapoal y de la región del Libertador General Bernardo O’Higgins, ubicada a 86 kilómetros de la capital Santiago. Es conocida por ser la principal urbe de la Sexta Región, sirviendo como sede de importantes empresas del área de minería y agricultura. A su vez, cuenta con alrededor de 225.000 habitantes.
«Es una ciudad tranquila y del interior, metaforizando con Argentina para que se entienda. Tampoco es un lugar chico, pero me gusta para vivir», detalló Mariana.
Una bienvenida con mucho movimiento
Solo un mes después de su aterrizaje en Rancagua, el sábado 27 de febrero del 2010, Chile sufrió una de las catástrofes naturales más importantes de su historia. Fue un terremoto y tsunami que alcanzó una magnitud Mw = 8,8.
Mariana lo vivió y nos cuenta detalles de ese fatídico día para la población chilena: «Me desperté a la madrugada con un viento terrible. La casa parecía una hoja que iba para todos lados. Una vez que pasó el tiempo me acostumbré a estos movimientos en la tierra, terminó siendo habitual para mí».
Proceso de adaptación
Una vez llegada a Chile, el contacto social fue variado, como suele suceder en cada punto del planeta. Algunos que se prestan para una mejor bienvenida y otros que hacen sentir fuerte su localía.
A pesar de esto, Mariana nunca dudó de sí misma ni de sus objetivos, que eran permanecer en Chile. Es por ello que tampoco ha flaqueado ni tenido intenciones de volver a Argentina en su transcurso por el extranjero.
Es cierto que también ha vivido momentos de zozobra y dramatismo en Chile, donde tuvo que afrontar la pandemia del Covid-19 de forma desordenada y con miedo al contagio.
Por otra parte, aseguró que la supuesta «enemistad» o «rivalidad» entre Chile y Argentina no es tan fuerte como habitualmente se dice. «La ‘pica’ se vive mayormente en Argentina. Los chilenos tienen mayor rechazo con los países del Norte. Ellos tienen una imagen limitada y errónea del argentino, como si todos fueran porteños, personas de prepotencia y arrogancia».
Más allá de que se le pegó la tonada chilena después de tantos años en aquel país, Mariana manifestó que nunca perdió la esencia argentina de llevar el mate a todos lados, tomar fernet con coca o comer milanesas.
En la parte cultural no hay muchas diferencias, según Mariana. «En lo que más nos diferenciamos es que ellos no están acostumbrados a decir las cosas de frente, en cambio el argentino sí».
Sacando los afectos familiares, algo de lo que extraña la villeguense de Argentina son las rutas y las calles; y explicó que en Chile los terrenos son muy angostos.
Vida laboral
La adaptación laboral fue más sencilla de lo que pensaba. Sucedió que llegó a territorio chileno con todos los trámites hechos y era cuestión de presentar la documentación en la Universidad de Chile.
Una vez que hizo eso, la revalidación del título fue cuestión de tiempo. El 10 de mayo del 2010 se acopló a la vida laboral nuevamente, como Educadora Diferencial (detecta necesidades de apoyo específico para estudiantes con y sin necesidades educativas especiales). «Me ha ido súper bien en todos estos años», afirmó la villeguense.
Planes para el futuro
Por ahora, Mariana siente que quiere echar raíces durante un buen tiempo en suelo chileno, donde tiene su hogar, su familia y trabajo. «Mi vida está allá, a Argentina llego de vacaciones», dijo.
Si en algún momento vuelve a su país, será dentro de varios años, una vez jubilada y sin preocupaciones. De todas formas, comentó que «todo puede cambiar» en el transcurso de los años, pero hoy ve difícil esa posibilidad.
Así termina una aventura llena de aventuras y mucha felicidad, pero también de situaciones complejas de las cuales Mariana ha tenido que aprender. Le tocó vivir un terremoto, tsunami, pandemia y el rechazo de los locales apenas llegada a Chile.
Pero ella, de perfil bajo, se sobrepuso a esos momentos complicados y hoy disfruta a pleno de la verdadera paz, con una familia maravillosa y un trabajo estable. Chile la recibió hace catorce años por primera vez, pero la villeguense sigue sintiendo lo mismo que el primer día por ese país. Argentina de nacimiento, pero chilena por elección.