El programa número 54 de «GPS, villeguenses por el mundo» recorre la vida y el corazón de una nueva familia coterránea en otro punto del planeta.
El protagonista es Enzo Galli, un villeguense de 41 años que formó su vida en otras tierras, alejado de su lugar de origen, pero siempre con el arraigo más que vivo y latente de regresar en algún momento. Una nueva historia de esfuerzo y recompensa.
Primeros pasos
Su infancia la pasó en General Villegas, donde hizo la primaria en la Escuela N°1. «Pude conocer a mucha gente buena. Todavía me han quedado amigos», sostuvo. Hasta los 12 años, Enzo vivió en su ciudad de origen, pero luego se trasladó junto a su familia a Villa La Angostura, una ciudad turística de Neuquén.
La Angostura está ubicada en los márgenes del lago Nahuel Huapi de la Patagonia argentina y es conocida por sus edificios de madera de estilo alpino. «Es un lugar hermoso. Pero para las expectativas de un niño en esa época, fue traumático», objetó.
No obstante, el estudio de Contador lo obligó a mudarse a Santa Rosa, La Pampa, donde realizó la primera parte de su carrera, que fue completada en Buenos Aires. «Viviendo un poco en cada lado estuve, pero siempre me sentí villeguense. Iba a la casa de mi abuela en las vacaciones, porque siempre tuve una conexión especial con Villegas», dijo.
La propuesta que les cambió la vida
Llegó mayo de 2015 y Enzo estaba radicado en Buenos Aires, mientras trabajaba. Su pareja, oriunda de Coronda pero con una vida en Capital Federal, en aquel momento se desempeñaba en la compañía American Express, una empresa diversificada que ofrece productos financieros, tarjetas de servicio y crédito, cheques de viajero, servicios de banco y agencia de Viajes.
A través de esta empresa a su novia le surgió una oferta laboral en México, la cual analizaron con mucha seriedad. Es que Enzo debía renunciar a su profesión actual, en Buenos Aires, más allá de que «era una linda oportunidad».
Finalmente terminaron aceptando la oferta e hicieron una unión civil para que no haya problemas con la residencia de ambos en suelo mexicano. Fueron solos, pero hace cinco años que se sumó un nuevo integrante a la familia; Vitorio, su primer y hijo. Ambos eran conscientes de que debían mantenerse un tiempo para hacer valer la experiencia y partieron con la idea de estar aunque sea tres años.
Enzo sostuvo que en su momento lo tomaron con mucha inconciencia y poca dimensión en la parte interna, porque estaban muy convencidos de la apuesta. Comunicarle la decisión a la familia fue algo «natural», porque rápidamente entendieron lo que sucedía, más allá del miedo y la incertidumbre.
«Nos fuimos sin ningún problema económico ni mucho menos. Uno en el exterior entiende muchas cosas desde afuera de nuestro país. El mayor problema en la actualidad es la organización y la educación, y no tanto la parte económica. Todo lleva a todo, pero tenemos muchísimos recursos», opinó.
Proceso de adaptación
Una vez en Ciudad de México, era su pareja quien tenía conocimiento y cierto parámetro del país. «Lo mío era más una fantasía que una realidad», bromeó Enzo. Cuando pisaron México, la idea era un recibimiento mucho más fraternal y cercano, pero no fue así, porque la gente es amable pero no de forma extrema como en Argentina.
Por lo tanto, este proceso de adaptación social fue complejo y, en el caso de Enzo, muy largo. Pero pasado el tiempo entendió que quien debía adaptarse era él y así lo sobrellevó de otra forma.
Habiendo pasado tanto tiempo desde su partida, lo que más extraña de Argentina y de General Villegas son las amistades y los afectos familiares. Los rituales, las comidas y costumbres tampoco son iguales a tantos kilómetros de sus raíces. «Tratamos de acostumbrarnos también por obligación y por nuestro hijo, que nació y se crió culturalmente acá, en México».
Vida laboral
«Fue como volver a empezar. Tuve que adaptarme a tiempo y espacio, porque la figura del Contador en México es rara. Entonces empecé como Asesor de Seguros, para lo que debí obtener la certificación necesaria», contó.
Pero hace ya cuatro años, llegó a la profesión de asesoría de consultoría e inversiones. «Es un oficio que me gusta mucho más que los anteriores. Me sirvió la parte de legalidad y contabilidad que ya tenía incorporada, para un asesoramiento integral», explicó.
La experiencia como «jugador» de River Plate y su encuentro con «el más grande»
Cuando se encontraba radicado en Villa La Angostura, en 1999 y con 17 años, el «Millonario» hizo un reclutamiento en la Patagonia y quedó preseleccionado tras la primera prueba de jugadores, en la posición de arquero.
Por lo tanto, se mantuvo entrenando con los supervisores de mayor potestad en San Martín de los Andes durante la semana, coincidiendo con Rubén Sambueza, ex jugador millonario, el América y la Selección Mexicana.
Pero Enzo no pudo superar la última selección y debió regresar al sur, aunque él manifiesta que fue una experiencia única vivida, en uno de los clubes más grandes del mundo.
Dos años antes de estas pruebas en la banda roja se había instalado en La Angostura Carlos Randazzo, ex jugador de Boca, donde fue compañero de Diego Armando Maradona, y a quien contactó para ofrecerle el sur como lugar de entrenamiento, alejado de todo el bullicio de las ciudades grandes.
«Yo era muy chico, y cuando llegó la noticia al pueblo estábamos felices. Al principio fuimos a verlo entrenar, pero al otro día nos llamaron para hacer un partido con él. Nunca caí de semejante noticia, me quedé congelado. Tuve la oportunidad de saludarlo y no me lo olvido más, era el sueño de todos y me tocó a mí. Hasta llevó comida después de los entrenamientos», recordó.
Planes para el futuro
La situación que atraviesa Argentina, tanto económica como social, desalienta a la pareja a volver. «Este contexto nos va corriendo el arco, porque uno va entendiendo que no son las condiciones adecuadas para volver a adaptarnos. El tema del arraigo siempre va a pesar, pero lo económico debemos resolverlo de alguna forma», verbalizó.
La vuelta a Argentina, de todas formas, se hará efectiva en algún momento, más temprano que tarde. «En no más de cinco años estaremos allá nuevamente», anticipó. La discusión pasará por ver en qué lugar del país se establecen nuevamente, seguramente entre Capital Federal y General Villegas.
Por lo pronto, tienen pendiente un nuevo viaje a Argentina a fines del 2024, donde será muy probable una vuelta de Enzo a General Villegas, su tierra.
Una nueva historia con un testimonio que puede tener muchos más capítulos y páginas por escribir en suelo mexicano. Fueron nueve años en el exterior, con una familia maravillosa y una línea clara y marcada. Pero, insiste, «mis raíces son villeguenses». Mientras desarrolla su vida en el norte del continente, por estos lados ya esperan por su pronto regreso.