Luego de que se hiciera público el reclamo de la madre de un alumno que concurre al Colegio Nacional, por algunas situaciones que se vienen dando en la institución, el Inspector de Enseñanza de Nivel Medio, Graciano Corica, visitó ACTUALIDAD intentando darle luz al tema.
Corica aclaró que el tema en cuestión llega por «una persona que se acercó a la radio en una situación desesperada, porque, según su entender, nadie hace nada. En este caso se trata de una denuncia social, porque no hay nada concreto para poder proceder, entonces ya convocamos a esa mamá para que esto lo exprese a las autoridades y se inicie el proceso correspondiente».
El profesor sostuvo que «existe la fantasía o el prejuicio de que en la escuela secundaria no se puede repetir, y eso es erróneo. El régimen académico todavía plantea que un estudiante con más de dos materias previas tiene que permanecer en el año en el que estaba».
«Pero esa repitencia no se define, como hace muchos años, en el mes de febrero, sino que se amplía ese horizonte al mes de marzo. Al estudiante que tenga tres materias previas se le da la posibilidad de que elija una y en una tercera instancia se define si pasa o no», agregó.
«Pero dentro del régimen se plantea, además, que hay situaciones particulares que cada escuela debe analizar, trayectoria por trayectoria, en el caso de lo chicos que tengan cuatro materias», continuó.
Corica había estado el viernes en El Nacional, «porque designamos a la nueva prosecretaria y vimos situaciones puntuales de estudiantes que adeudan cuatro materias. Pero esta no es la única escuela. Tenemos varios chicos con materias para profundizar».
En este contexto, «la escuela puede proponer una forma alternativa para que el estudiante siga intensificando esas cuatro materias y pueda promocionar de año. En el mientras tanto, cursa en el año siguiente. Esto tiene 11 o 12 años e implica todo un procedimiento administrativo. Si al alumno no le va bien, permanece en el año que estaba», explicó.
Corica recordó que «hace unos 17 años es obligatorio en Argentina el secundario; eso pone a este nivel en un desafío mayúsculo, porque además exige la inclusión de todos los estudiantes».
¿Qué es lo que debe garantizar el nivel, de acuerdo a lo que dice la ley? «El aprendizaje», respondió de manera escueta y contundente el Inspector. Y explicó que «cuando vos tenés una trayectoria que está en proceso, es porque el alumno aprendió algunas cosas, pero no todo lo necesario para certificar que esa materia está aprobada».
«Antes había una mesa examinadora, hoy hay un concepto más amplio, que es la intensificación de la enseñanza», diferenció Corica. «La idea es que se trabaje puntualmente en eso. Si en diciembre se intensifica y no logra aprender, en febrero tiene otra instancia, que no excluye la evaluación y tampoco implica un ‘trabajito’ y listo, como se escucha decir. Esto no debería ser así», añadió.
Al respecto, lamentó de la interpretación que existe de que «la política pública educativa no está funcionando. Es un tiempo impresionante el que pasan los chicos en la escuela, y nosotros tenemos que garantizar que aprendan».
«Nuestro nivel en la provincia de Buenos Aires tiene una planificación programática cada cuatro años, porque van cambiando los gobiernos. Pero el Estado tiene que garantizar la obligatoriedad», agregó.
Corica se refirió a la pandemia de Covid y los años post pandémicos, donde «la escuela cumplió un rol fundamental. Se generó un desfasaje importante y hubo un retroceso en matemática y en prácticas del lenguaje. Eso exige revisar toda la política pública para poder apuntalar la enseñanza y que los chicos aprendan».
Volviendo al tema en cuestión, negó que las familias no puedan quejarse de determinados aspectos educativos con los inspectores porque, como dijo la madre de un alumno, «nadie hace nada».
«Somos muchos adultos trabajando todos los días, en todos los niveles, para sostener, acompañar y garantizar las trayectorias educativas de nuestros estudiantes. Yo estoy desde hace un año y jamás se le cerró una puerta a una familia. Estamos interviniendo permanentemente en ésta y en otras situaciones. Nosotros validamos la palabra de la familia, no ponemos en duda lo que está manifestando, lo que no quiere decir que le demos la razón», expresó en este sentido.
¿Qué se debe hacer ante determinados temas? «Hay que hacer una presentación formal, para tomar intervención con la situación planteada», sostuvo Corica.
«Tenemos un problema: la generación de la ludopatía»
Consciente de algunos cambios que son necesarios en el ámbito educativo, el inspector de Enseñanza Media sostuvo que «se está haciendo una revisión sobre qué es lo que hay que enseñar en la escuela. Este es un debate que lleva mucho tiempo; y cuando se determina un nuevo diseño curricular (lo que no quiere decir que después suceda en las aulas), tiene que tener una vigencia mínima de 15 años, porque no podemos estar cambiando el diseño todo el tiempo».
Los objetivos son tres, según manifestó: «Formar un ciudadano pleno, que pueda acceder a estudios superiores o que se inserte en el mundo del trabajo. Estamos en deuda en las tres cosas. Tenemos un montón de problemas, pero también nos hacemos cargo de muchos de naturaleza social que irrumpe en las escuelas; y es una de las muy pocas instituciones que están dando respuesta en este sentido. Hablamos de cosas graves, como situaciones de violencia fuera o dentro de la escuela, abusos y vulneración de derechos, entre otras».
Por otro lado, puso el foco en otro problema: «la generación de la ludopatía, el celular en las escuelas. Yo le decía a mis estudiantes que no podía competir con TikTok, por ejemplo; y que me tenían que escuchar dos horas».
¿Se le puede pedir a los chicos que dejen su celular en la mesa del profesor? Corica dijo que se puede, pero aclaró que «todo lo vinculado a la convivencia, que no está reglamentado, es por acuerdo».
Por el uso del celular, «estamos teniendo chicos con trastornos de sueño y de alimentación. Que lo dejen en el aula tiene que ser por acuerdo entre familias, estudiantes y la escuela, porque el docente puede decir que no se usa y que lo tienen que dejar arriba de la mesa, pero ¿quién se hace responsable si pasa algo?», preguntó, teniendo en cuenta algunos antecedentes, según el mismo ejemplificó, con teléfonos que se cayeron y se rompieron; o que, en medio de alguna confusión, no pertenecía al alumno que después le fue entregado.
Corica admitió que «hay que devolverle la autoridad al docente»; y en este sentido remarcó que «la autoridad es algo que se ejerce y que se construye», dejando en claro que «a algunos docentes hay que acompañarlos un poco más. Hay escuelas donde las normas están claras y las familias acompañan, pero hay otras donde las normas están claras y las familias las vulneran».
«El celular nos está dando problemas en la gestión de una clase y en la gestión institucional también», insistió Corica. Y agregó que «el uso excesivo de pantallas en general está trayendo severas consecuencias en alimentación, descanso y aprendizaje. La escuela se hace cargo con las herramientas que puede, pero sola no puede».
«Hay que articular cada vez mejor escuela, familia y comunidad, con la centralidad en la enseñanza. En el medio, hay muchísimos problemas. Pero la voluntad de abordarlos es mucha, de parte de todo un equipo de trabajo», remarcó Corica.