La institución bungense reabrió sus puertas luego de las obras de refacción que se realizaron. Con un acto protocolar, el Jardín festejó su vuelta a casa.
No fue un lunes más para el Jardín, que luego de llevar adelante obras para brindar seguridad a los chicos y docentes, regresó a su espacio propio. En el mientras tanto, desde el inicio del ciclo lectivo, los alumnos tuvieron que asistir, por cuestiones de seguridad, a la Escuela N°12 y el Instituto San Juan Nepomuceno.
La razón de trasladar las clases a esos establecimientos educativos fue el estado en el que se encontraba el Jardín a principios de año, «con techos en malas condiciones, desagües pluviales inexistentes y un sistema eléctrico complicado por el agua que ingresaba», especificó la presidente del Consejo Escolar del distrito, Karina Gianolio.
«Tuvimos que trabajar en eso porque no era un lugar seguro, ni para los niños ni para los docentes. Visitamos la institución y evaluamos resolver la cuestión lo más pronto posible. Las tareas eran intensas y necesitaban un tiempo», agregó.
Pero antes, debieron resolver en qué espacio iban a concurrir los alumnos para el comienzo de clases. Ante esto, Gianolio agradeció la predisposición, tanto de la Escuela N°12 como del Instituto San Juan Nepomuceno, por acoger a los niños. «Realizaron un trabajo armónico fantástico, en el que se enfatizó la comprensión. Hubo una convivencia maravillosa y supimos resolver la presencialidad», sostuvo Gianolio.
En simultáneo se trabajó intensamente en las obras del Jardín, de manera cooperativa con la Municipalidad de General Villegas. «Obtuvimos un jardín seguro y prácticamente nuevo con esfuerzo. Le pedimos confianza al equipo docente, cooperadoras y familias. Sin trabajo en equipo, no hubiéramos podido lograr esto, por el poco tiempo que teníamos. Trabajamos intensamente y con un alto compromiso», comentó la presidente del Consejo Escolar.
Para celebrar la vuelta de los chicos al Jardín, este lunes se realizó un acto protocolar y breve, a las 13 horas. La jornada fue abierta a toda la comunidad. «Fue un día de fiesta. Se vivió una mañana linda, en el marco de un acontecimiento tan importante», destacó Gianolio.
Al mismo tiempo, aclaró que los trabajos han culminado en el establecimiento educativo, aunque siempre hay cosas por mejorar en la parte de infraestructura. «Si hay un problema, le daremos respuesta», manifestó.
Por otra parte, destacó el accionar del Consejo Escolar a través de reestructuraciones y refacciones en un distrito de más de 90 instituciones educativas. «Estamos llevando adelante muchas obras pendientes, por ejemplo, en la Escuela Especial N° 501, la Escuela Secundaria N° 9 de Villa Saboya, el Edificio del CEF N° 52 y la Escuela Primaria N°1. El día a día es visitar las instituciones», detalló.
También resaltó la presencia del Consejo, trabajando en territorio. De este modo, «se resolvieron aspectos que eran una deuda pendiente. La primera etapa fue de ordenamiento, para proyectar nuevas propuestas y obras. Lo que a nosotros nos caracteriza es la presencia. La alegría compartida, es más amplia».