«GPS» es mucho más que un simple programa de ACTUALIDAD. Reúne sentimientos, emociones y recuerdos, mediante una comunicación a corazón abierto con sus protagonistas.
Después de 66 ediciones, el protagonista de esta nueva historia es Bruno Di Bartolo. Ex defensor del arco de Eclipse, viajó por el mundo junto a su novia y cambió de manera rotunda su vida.
Por medio de una aventura increíble, el villeguense se arriesgó y hoy disfruta de las corrientes de la vida. Desde México, Bruno nos recibe para contar su propia historia. Apostó y ganó. Desde el arco de Eclipse y para todo el mundo.
Primeros pasos
Es hijo de Luis y Teresa, hermano de Sabrina, y tiene 30 años. Bruno vivía en Barrio Parque, en calle Chavarri, en una zona muy cercana al estadio de Eclipse. Se considera fanático de la «Maquinita», donde jugó toda su infancia y llegó hasta primera división.
Luego de hacer el Jardín de Infantes y la Primaria en el IMI, se trasladó al Colegio Nacional para cursar el Polimodal. Pero luego se mudó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde estudió la carrera de Farmacia en la UBA. «Fue una experiencia fallida que formó parte del aprendizaje», dijo.
Fue en el transcurso de su pasantía por Buenos Aires donde conoció a Camila Zuccato, su novia. Ella es oriunda de Tristán Suárez, un barrio del Partido de Ezeiza.
Por medio de la participación de dos amigos en común, se conocieron en 2013. A partir de la pandemia, y gracias a la tecnología, trabaja en forma remota para una empresa multinacional.
La propuesta que transformó sus vidas
Camila es Doctora en Ciencias y ganó una beca para trabajar durante 6 meses en un proyecto científico en un centro de investigación italiano. Esta posibilidad fue el puntapié inicial de una aventura sin límites para ambos.
«Fue en el medio de la pandemia. Gracias a eso pude empezar a trabajar remoto. Decidimos irnos juntos. De no haber existido el Covid-19 no la habría acompañado», explicó Bruno. Fue el primer viaje de asentamiento fuera del país.
El camino los llevó a Catania, en Italia. Es la segunda ciudad más importante de la isla de Sicilia, detrás de Palermo. Se encuentra ubicada en la costa oriental de la isla, a mitad de camino entre las ciudades de Mesina y Siracusa, a los pies del volcán Etna. De cara al mar Jónico, con el golfo que toma su nombre.
El acompañamiento de la familia fue fundamental para que la pareja tome la decisión. «Siempre apoyaron y confiaron en nosotros. Siento que lo tomaron bien. El primer viaje tenía fecha de vuelta. Así que tampoco era tan definitivo y se sabía que íbamos a volver», recordó Bruno.
Bruno, Camila y una locura viajera
Un día como cualquiera, Camila se despertó con la idea de recorrer el mundo en un motor home. Al principio pareció algo lejano e imposible por la dificultad de la organización. Pero con el correr de los días, el planteamiento fue adquiriendo fuerza y decidieron probar suerte en esta aventura.
«Sabíamos que era una locura. Al comienzo costó. Fue difícil», opinó. Al elegir esta nueva vida debieron resignar sus respectivos trabajos y dedicarse de forma absoluta a la aventura.
Partieron rumbo a Estados Unidos para recopilar información sobre la apuesta a realizar. Allí surgió la opción de recorrer el planeta en un Bus Escolar, que es espacioso y tiene un precio accesible. Lo incorporaron en 2022 y diagramaron todo en apenas cinco meses.
Llegaron a la ciudad de Charlottesville, situada en el condado de Albemarle, Virginia, en los Estados Unidos. Según datos del último censo realizado, su población es de 45 mil habitantes.
Su trabajo era el denominado «House Sitting». Es la práctica por la cual una persona que sale de su casa por un período de tiempo la confía a uno o más «house sitters», a quienes de mutuo acuerdo se les permite vivir o permanecer en la propiedad temporalmente, a cambio de asumir cualquier combinación de responsabilidades.
Fue complicado en el inicio del desafío. La inexperiencia y el desconocimiento se hicieron notar en los primeros días. Sin embargo, aprendieron en la marcha e incorporaron nuevos conceptos que hoy los hace artífices de la hazaña. Hasta denominaron con el nombre de «Amunìnni» al colectivo.
A través de sus viajes registran experiencias en las redes sociales. Cuentan con un blog llamado buscamiviaje.com. Tienen un canal de YouTube denominado BUSCAMIVIAJE. Mientras que también manejan una cuenta de Instagram bajo el nombre de @buscamiviaje.
El inicio de la aventura
El viaje comenzó desde el estado de Virginia, en Estados Unidos. El primer destino fue Alaska, al norte del país norteamericano, considerada por muchos como el territorio más frío del planeta.
Subieron por el este de Canadá hacia la frontera con Estados Unidos. Se instalaron en un pueblo pequeño que se ubica a 300 kilómetros de Ottawa, la capital de Canadá.
Dejaron el colectivo estacionado en Canadá, fueron al casamiento de una amiga en común en Italia y volaron hacia Argentina para buscar a sus mascotas. «Por suerte salió todo bien», expresó.
«Nunca había manejado algo tan grande. Lo máximo había sido una camioneta común. Fui astuto y agrandé el carnet de conducir que ahora tiene licencia profesional. Fue válido en cualquier lado. Aunque nunca me lo pidieron», explicó el villeguense.
La idea ir de nuevo hacia Miami, pero le bajaron el permiso por exceso de tiempo de estadía. «Se nos quemaron los papeles que teníamos planeados. Entonces volvimos a Canadá y combatimos el frío cruel en pleno invierno. Recibimos la ayuda de una persona que nos ofreció establecernos en su casa. En mi vida había sentido ese frío», manifestó. En enero del año corriente regresaron a Estados Unidos.
Luego de establecerse poco tiempo en suelo norteamericano, Bruno y Camila volvieron a bajar por el este hasta llegar a una península de México, donde se encuentran en la actualidad. El motivo de esta nueva decisión fue volver a sentir calor caribeño luego de padecer temperaturas frías extremas.
Proceso de adaptación
La decisión de volver atrás nunca pasó por la cabeza de la pareja. Pero tampoco fue tan sencillo y hubo tramos difíciles de afrontar: «No es todo color de rosa. Hay momentos complejos y complicados como en todos lados. Se extraña todos los días. La familia, los amigos y la comida. Pero no va a faltar la oportunidad para verlos otra vez. Cuando estamos en Argentina aprovechamos al máximo».
El idioma fue un factor que los comprometió en el comienzo. Pero actualmente se pueden comunicar, aunque quieren seguir aprendiendo día a día. En este sentido, han recibido el rigor de ser inmigrantes en reiteradas oportunidades, sobre todo en Estados Unidos. La costumbre argentina que más han mantenido fue el mate.
Al principio del emprendimiento, la idea se financió con los ahorros de la pareja. Pero en estos momentos, tras varios meses de llevar a cabo el proyecto, la aventura se financia con los ingresos que propicia YouTube.
Planes para el futuro
El plan en el largo plazo es regresar a Alaska, que atraviesa pasajes de temperatura templada. Ante esto, Bruno no descartó retornar y seguir viaje por Argentina.
La idea es visitar de nuevo General Villegas. No será en el corto plazo pero es un tema que está en la agenda, hasta llegar a Ushuaia, el destino final.
«Es algo lejano y complejo. Pero sabemos que lo podemos hacer igual. Queremos planificar lo que más se pueda. Puede pasar cualquier cosa. Pero somos ambiciosos. Los primeros días tuvimos un poco miedo, pero ahora es normal», indicó el villeguense.
A largo plazo, la meta es establecerse de forma definitiva en un sitio, aunque sin volver a «la vida anterior». En el calendario de ambos aparece la idea de un casamiento y tener hijos.
Conclusión
Luego de tantos meses de kilómetros y kilómetros, Bruno hizo un pequeño balance: «Rescato la tranquilidad que nos dio este estilo de vida. «.
Para cumplir las metas hay que trabajar, esforzarse y resignar muchas cosas. Pero sobre todo hay que tener convicciones y voluntad. Para ser feliz hay que recorrer caminos de adversidades, pero todo llega cuando uno se lo propone.
Bruno sacrificó su vida de confort y su trabajo por excelencia. Junto a su novia se propusieron cambiar su vida de un día para el otro. Hoy disfrutan de paisajes maravillosos y cielos dorados a lo largo y ancho del planeta. Y al final siempre hay recompensa, como dijo Mercedes Sosa, como lo refleja la vida de Bruno.