El médico a cargo de Hemoterapia del Hospital municipal habló con ACTUALIDAD para informar y concientizar sobre el tema.
El 14 de junio se celebró el Día Mundial del Donante de Sangre en todo el mundo, en homenaje al nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco, que descubrió y tipificó los grupos sanguíneos.
En este contexto, el doctor Eduardo Bechara habló sobre cómo se trabaja respecto a este tema desde el Hospital municipal de General Villegas. «Se necesitan donantes. Es difícil de resolver y se requiere de un trabajo en conjunto. La gente necesita de sangre para solucionar problemas de urgencia y, por otro lado, promovemos la donación distribuida y fraccionada. Tenemos un gran compromiso. Dentro de las necesidades de la población, hemos logrado superar situaciones de crisis», sostuvo.
Las donaciones se realizan de lunes a jueves, de 6:30 a 8:30 horas. «Queremos que el donante no se cruce con los pacientes. El horario es molesto, pero es el mejor para que la gente se acerque», comentó el profesional.
Explicó que la unidad de sangre se envía a la ciudad de La Plata, donde se analiza y estudia antes de la transfusión al paciente. Y, además, se modifican las bolsas por otras que fueron estudiadas por el instituto para ser utilizadas en tiempo y forma. «Hay que aclarar que las unidades tiene un límite de duración de 30 días», destacó Bechara.
En tanto, se cuenta con un banco de sangre y una red nacional que cubre las necesidades de los servicios de cirugía y emergencias.
Al momento de presentar la solicitud para donar sangre, se debe completar una planilla. Los requisitos son: pesar más de 50 kilos y tener entre 18 a 65 años de edad. Se puede desayunar cualquier líquido que no contenga grasa. Y el donante no debe tomar ese día medicaciones; tampoco puede ser alérgico a las drogas.
En su mayoría, los pacientes que donan sangre tienen el grupo sanguíneo de 0+, A+ y A-. Bechara afirmó que la falta de donantes no es un problema exclusivo en Argentina, sino que se ve reflejado a lo largo del planeta. «Pasa en todos lados. Se pide la colaboración. Hay gente que puede cumplir, pero no lo hace. Lo ideal sería el voluntariado. Cuesta encontrar gente que quiera donar en forma programada, para una cirugía programada. Y es difícil reponer la sangre que se solicita y se usó en la emergencia».