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viernes, diciembre 13, 2024
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¿Todo terminó con la declaración de la Independencia en 1.816? / Por Laura Saisan (*)

   La declaración de la Independencia funcionó como un elemento de legitimación del proyecto revolucionario y de cimiento en la construcción de la -por entonces incipiente- “identidad nacional”. También tuvo un impacto psicológico positivo en la población y en las tropas, cada vez más agobiadas por las penurias de una larga guerra. Además, la independencia de Argentina inspiró a otros países de América Latina a luchar por su liberación. El ejemplo de Argentina y los líderes independentistas argentinos como San Martín y Belgrano resonaron en toda la región y se convirtieron en referentes para las luchas emancipadoras en países como Chile, Perú, Bolivia y Uruguay.

*Fuentes: SOBRE HISTORIA e HISTORIAE

Las Provincias Unidas de Sud América era el nombre que tenían estos territorios por entonces, antes pertenecientes al Virreinato del Río de la Plata, siendo una de las divisiones administrativas del Imperio Colonial Español.

La declaración de la Independencia Argentina fue el 9 de Julio de 1816. Significó un paso muy importante en la larga lucha por la consolidación este nuevo país. Pero al mismo tiempo que dio por cerradas las muchas cuestiones que impidieron la independencia entre 1810 (Revolución de Mayo) y 1816, abrió otros conflictos que marcaron muy fuertemente los siguientes años de su historia.

El principal foco de conflicto que se abrió tras la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América era la vital cuestión de cómo se iba a gobernar y organizar este nuevo estado independiente. Lo que iba estrechamente ligado a cómo se habrían de manejar los intereses económicos de las distintas regiones y los distintos grupos de poder.

Al mismo tiempo, la Declaración significó un importante refuerzo a las luchas americanas por la Independencia. Pronto llegaría el momento de ejecutar el plan continental de San Martín que se preparaba desde hace unos años y que –a través del cruce de los Andes– abriría el camino para la liberación de Chile y Perú. Es justo reconocer al general (1) Martín Miguel de Güemes como un héroe del proceso independentista. Su aporte se basó en la enorme resistencia militar que condujo para frenar a las fuerzas realistas en el norte de nuestro territorio.

Consecuencias de la Independencia de Argentina

        Muchos patriotas y criollos creían que independizarse sería la panacea, pero las consecuencias de la independencia de Argentina fueron notables

   Tras la proclamación de la Independencia el 9 de julio de 1816, y después de afrontar las divisiones internas del gobierno y las amenazas externas contra las que tenía que defenderse, José de San Martín vio como varias de sus propuestas eran aprobadas por Juan Martin de Pueyrredón, tercera persona en ocupar el cargo de Director Supremo.

A pesar de la independencia, y de ser por tanto el primer gobernador de la nueva nación, Pueyrredón gobernó apoyado por el Congreso de la misma forma autoritaria que había caracterizado a sus predecesores, impulsando una dura política fiscal y (2) de leva, lo que seguramente fue un factor decisivo a la hora de hablar de su caída y la del propio Congreso.

En mayo de 1817, el Congreso tenía que efectuar un traslado de su sede, desde Tucumán hasta Buenos Aires por la amenaza que suponía el avance del ejército realista de Joaquín de la Pezuela desde el Alto Perú. Contemporáneamente a este hecho, José de San Martín ya había liberado Chile, y entregado la Banda Oriental a los portugueses, como era su objetivo.

¿Qué ocurría con la economía?

  • En primer lugar, algunas regiones provinciales quedaron totalmente arrasadas por los estragos de la guerra.
  • En segundo lugar, la guerra interna hizo que las rutas comerciales se hicieran cada vez más inseguras, teniendo que lidiar con los continuos saqueos de atracadores de caminos y bandoleros.
  • En tercer lugar, la plata, el que había sido antaño el mayor producto de exportación del Virreinato del Río de la Plata, ahora tenía una dificultad de circulación cada vez mayor. Esto se tradujo en la práctica en la pérdida de una de las principales fuentes de riqueza económicay en la gran escasez de circulación de monedas metálica.

Sin embargo, esta crisis del comercio no perjudicó a todos. Después de que el virrey Hidalgo Cisneros abriera Buenos Aires al comercio inglés en noviembre de 1809, la influencia británica fue en continuo aumento Las principales mercaderías por las que se interesaban los ingleses eran los cueros y la carne salada, de tal manera que en 1820 los primeros ya se habían convertido en el principal producto del comercio de exportación. Las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes que al final de la década se habían quedado prácticamente sin ganado, fruto de los saqueos que traía como consecuencia el ser lugar de paso obligatorio para las expediciones militares que se dirigieran del sur hacia el norte.

¿Es posible una Nación sin Constitución?

Muchos intelectuales y políticos de las Provincias Unidas de Sudamérica, influenciados por la redacción de los textos constitucionales de Estados Unidos en 1787Francia en la década de los 90, o Cádiz en 1812, creían que la redacción de una Constitución propia para su nación sería la panacea a todos sus problemas: se acabarían todos los problemas internos, y la nación se uniría para iniciar un periodo de prosperidad y paz.

La Constitución argentina de 1819 no significó eso, sino todo lo contrario. Los congresistas, reunidos en abril de 1819, terminaron sancionando una Constitución ecléctica, que intentaba tener aspectos que contentaran y dieron por satisfechos tanto a los monárquicos como a los aristocráticos y los democráticos. A pesar de ser teóricamente una Constitución republicana, era una obra básicamente centralista y con un claro trasfondo monárquico que pronto contó con el rechazo de las provincias del interior.

Como era de esperar, algunas provincias rechazaron la Constitución, abogando por un sistema de gobierno de gobierno federalista en el que Buenos Aires no tuviera más peso político que otras provincias. De esta forma, la Constitución de 1819 no fue jurada en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Tucumán, Córdoba, y en la Banda Oriental. El Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, llevó a cabo un intento de invasión militar de las provincias rebeldes, pero fracasó y acabó renunciando al cargo apenas dos meses después de sancionar la Constitución.

A partir de aquí, la caída del régimen impuesto por ésta era inevitable: el 1 de febrero de 1820, tras la sublevación de Tucumán y Córdoba, un ejército porteño encabezado por el nuevo Director Supremo, José Rondeau, era derrotado por los ejércitos de las provincias en la Batalla de Cepeda. Derrotadas las fuerzas de Buenos Aires, las tropas encabezadas por los caudillos militares de las provincias de Entre Ríos y Corrientes tomaron la ciudad, derrocaron el régimen, el Congreso y la Constitución, y establecieron la República Federal mediante el Tratado del Pilar. Las Provincias Unidas de Sudamérica y el proyecto centralista impulsado desde la revolución de mayo de 1810 había desaparecido, dejando paso a un nuevo Estado federalista, las Provincias Unidas del Río de la Plata, que se mantendrían unidas, aunque con independencia las unas de las otras, hasta 1860.

  • Güemes permitió, con la notable acción “gauchesca” que lideró, que la causa revolucionaria gestada a partir del 25 de mayo de 1810 tuviera su gran recompensa con la constitución del congreso independentista de Tucumán, en 1816. San Martín y Belgrano fueron coetáneos con los que el valeroso salteño compartió estrategias y batallas para enfrentar a los realistas, según lo que destacan grandes estudiosos de nuestra rica historia.

Uno de sus mayores reconocimientos en vida y en ejercicio de su impronta militar lo obtuvo nada menos que del general José de San Martín, quien lo designó jefe del ejército de observación de las operaciones al Alto Perú y también de la expedición a Lima.

  • Leva Durante los siglos XIX y XX fue muy común el uso de la leva para reclutar hombres que engrosaran los ejércitos y llevaran a cabo las tareas propias de la milicia. Dicha práctica era comúnmente ejecutada por medio de la violencia, ya que los elegidos eran sustraídos de sus hogares y alejados de su familia en contra de su voluntad.

(*) Laura Mónica Saisan es villeguense, profesora de Enseñanza Primaria y Especialista en Investigaciones Educativas. Apasionada lectora de historia, tanto de nuestra región como de la construcción de la Argentina como nación libre e independiente, ha realizado capacitaciones y cursos para acrecentar sus conocimientos en el área.