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jueves, 28 marzo, 2024

Ese gol que nadie quiere hacer

Jorge Mina (ex defensor y DT de Fútbol Club Bunge) lidera -junto a José Vera de Santa Rita- la tabla de goleadores en contra. Lejos de enojarse, se lo toma con humor: «Son circunstancias por la posición de juego. También hice 14 goles en el arco de enfrente. Para un modesto lateral izquierdo no es un mal número», aclara. 

 

Días atrás Marcos Miranda de «Sumate a Piedritas» elaboró la tabla histórica de goleadores de la Liga de Fútbol de General Villegas. Esta estadística trajo nuevamente a la mesa futbolera nombres de grandes jugadores que pisaron nuestras canchas y de los artilleros que aún siguen en actividad queriendo escalar posiciones en ese registro histórico.

Pero Miranda también confeccionó la tabla donde nadie quiere estar: la de los goles en contra. Y allí, en la cima, aparecen dos nombres con tres tantos en propia portería cada uno: José Vera (jugador de Santa Rita, aún en actividad) y Jorge Mina (ex defensor de Fútbol Club Bunge).

OVACIÓN dialogó con Mina, campeón como jugador y como DT con el Tambero, quien se tomó con mucho humor su «récord».

«En el fútbol no hay malas, hay circunstancias por la posición de juego. Y quedó claro que yo fui el jugador que siguió la jugada hasta la última instancia. De dos de esos goles me acuerdo, pero el tercero lo hizo otro compañero y el árbitro me lo anotó a mí», recuerda y bromea.

Debut en la época dorada

Jorge Mina debutó muy joven, cuando tenía 16 años y se retiró a los 32 años. «Un par de años después me arrepentí porque me retiré en plenitud, estaba sano. Pero son circunstancias deportivas que llevan a un cierto agotamiento. No somos profesionales y todos tenemos que trabajar para vivir. Llega un momento en que eso te desgasta. Hoy por hoy, un jugador de 32 años está en su plenitud. Me arrepentí de haber largado a esa edad, estando tan bien como estaba. Igual nunca intenté volver», cuenta.

Su debut oficial entre los 11 titulares fue en 1981. «Bunge tenía un gran plantel. Ese año fue campeón Atlético contra Jorge Newbery de Buchardo, pero nosotros tuvimo que ver con esa final. Jorge Newbery era puntero y nosotros jugábamos contra ellos en Buchardo. Ganando salían campeones, pero empatamos 3 a 3. Atlético ganó y fueron a una final en la que Atlético salió campeón», rememora.

En el año 84, 85 y 88 Bunge se coronó campeón, pero durante esa década supo conformar grandes planteles y siempre estaba prendido en la pelea.

«Fue una época floreciente del fútbol de la liga. Hubo grandes equipos y grandes jugadores. En esta época sería imposible hacer algo así por el costo económico que eso tendría. Como muestra basta pensar en Ferraro como DT de Atlético en el 86/87. ‘Pancho’ era un técnico con una carrera ascendente que después fue campeón mundial con la Selección Juvenil. Eso no sería posible económicamente en esta época», destaca Mina.

En aquella década dorada Bunge fue el primer representante de la Liga en el torneo regional, tras ganarle aquella recordada final a Atlético por penales en la cancha de Eclipse.

Campeón como DT

Se retiró y se fue a vivir a Junín por 11 años. Cuando regresó a Bunge volvió a la cancha del Tambero. Vio aquel equipo que estuvo a punto de ganar el campeonato del 2008 (torneo que quedó en manos de Cosmopolita) y cuando le propusieron ser DT no lo dudó.

«Vi que el equipo estaba para ser campeón. El equipo base estaba armado. Trajimos un par de refuerzos y salimos campeones», señala Mina. Aquel campeonato del 2009 fue elñe último en la cuenta del Tambero.

«Después de ese campeonato se perdió el rumbo. Pero desde el año pasado se empezó por un camino que creo que es el correcto: tener una base importante de jugadores locales. Es imposible lograr títulos deportivos en estos clubes donde la parte económica es complicada siempre. Si todos los años tenes que traer 5 o 6 jugadores de afuera es imposible de sostener. En cambio teniendo una base de 12 o 15 jugadores locales, aportas 2 o 3 refuerzos de jerarquía y estás para pelear el campeonato. A partir del año pasado se empezaron a hacer las cosas de manera correcta, según mi óptica», dice.

«El ejemplo lo tenemos adentro: en el 80, la base importante era con jugadores locales. Para los regionales se trajeron incorporaciones que fueron realmente figuras. Tres o cuatro, no mucho más. El resto era una base de jugadores locales», concluye.