La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) busca hacer un aporte significativo a la educación en su zona de influencia (provincia de Buenos Aires y La Pampa). Es por eso que la comisión de Educación (una de las tantas comisiones que funcionan dentro de la entidad rural) está llevando a cabo una encuesta entre sus asociados para conocer la mirada de las bases y a partir de ahí armar proyectos que impacten en el ámbito educativo. La meta es promover una mejora de la calidad educativa, aportando todo lo que se pueda desde el sector agropecuario y su gente.
Luis Vedoya es el especialista en educación que está detrás del proyecto de Impacto Educativo que CARBAP está llevando adelante. Como primer paso, los integrantes de la Comisión de Educación de CARBAP y los profesionales que los asisten tomaron una importante determinación: saber de primera mano qué piensan los asociados de las distintas asociaciones y sociedades rurales de la provincia de Buenos Aires y La Pampa que forman parte de CARBAP. Por ese motivo implementaron una encuesta que se distribuye de manera digital entre los asociados.
¿Cuál es el objetivo de la encuesta?
Luis Vedoya: La encuesta no es un objetivo en sí mismo, sino un instrumento, una búsqueda de información para tomar mejores decisiones. CARBAP tiene varias comisiones, entre ellas la de Educación cuyo objetivo es poder trabajar en impacto educativo, en hacer un aporte significativo a la educación, ya sea hacia las escuelas o hacia los propios asociados de las rurales que tengan la intención de desarrollar algún trabajo vinculado con la educación. Yo no formo parte como asociado de CARBAP, sino que a mí me llaman desde la comisión de Educación para desarrollar esa estrategia de impacto, sobre todo en la calidad educativa de la provincia de Buenos Aires y La Pampa desde la zona de influencia de CARBAP. La primera decisión que tomamos, junto con los integrantes de la comisión de Educación, fue la de escuchar a los asociados y salir con una encuesta fácil de responder para preguntarles si ya estaban haciendo algo por la educación, si en el pasado hicieron algo, preguntarles si son educadores -porque hemos encontrado que hay un 18% de asociados a CARBAP o entidades rurales que trabajan en educación-, y por otro lado preguntarles dónde les gustaría hacer foco, si les gustaría trabajar en red, cuáles serían los principales activos o capacidades que CARBAP y sus asociados pueden aportar a la educación.
Entonces, escuchando a los asociados, la comisión de Educación busca dar respuesta a lo que el asociado dijo: si quiere trabajar en educación agraria, la comisión de Educación estará al servicio de ese asociado y de cada sociedad rural para proveerle capacidades, tecnologías, herramientas o recursos para poder impactar de la mejor manera en la articulación con las escuelas agrarias de la provincia de Buenos Aires y La Pampa. Por lo tanto, esta encuesta es una herramienta para escuchar al asociado, para tener mucha información y luego tomar decisiones en función de esa información.
Pero además buscan interpelar al asociado, promoviendo su participación en este proceso de impacto educativo… ¿Es así?
LV: De mis años trabajando en cuestiones vinculadas a lo social y a lo educativo creo que la mejor forma de generar impacto y una transformación es cuando uno reconoce y pone en valor lo mejor que tiene para aportar. Esta pregunta de ‘¿Qué crees que es lo mejor que tiene CARBAP para aportar a la comunidad educativa?’ tiene varias opciones: puede ser tiempo, contactos, dinero, abrir las puertas de los establecimientos o de la sociedad rural misma para que una escuela rural, una escuela urbana o una escuela agraria se acerque y conozca. Esto entendiendo que uno de los grandes activos que tiene CARBAP para aportar a la comunidad es efectivamente eso: instituciones vinculadas al agro con muchísima capacidad y con muchísima trayectoria. Que un alumno o alumna de una escuela conozca eso, se acerque y tenga una experiencia, es distinto a que no la tenga. Un niño o un joven que tenga contacto con eso puede elegir o no estar en contacto con esa realidad, pero si no la conoce no la puede elegir. La mayoría de los asociados, cerca de un 80%, cree que lo mejor que tiene CARBAP para aportar es eso: abrir las tranqueras del campo y abrir las puertas de sus empresas para que muchos niños y jóvenes puedan tener una experiencia significativa que, a futuro, les permita tomar mejores decisiones.
¿Y la participación de los asociados es buena?
LV: Nos habíamos puesto un objetivo que era llegar a 1.000 respuestas y estamos en 840. Estamos muy contentos. Es un reconocimiento al esfuerzo de muchísimos asociados que se han puesto al hombro el difundir esta encuesta, justamente en un año que nos ha atacado lo virtual por todos lados. Era la mejor forma, más rápida y efectiva, de llegar a la mayor cantidad de asociados. También queremos escuchar al que dice NO; pero no para juzgarlo, sino para entender cómo movernos. Encontrar que hay asociados que están de acuerdo con que CARBAP haga algo por la educación, que apoyan pero que prefieren no involucrarse directamente también está bueno saberlo; para saber hacia dónde ir, cómo convocar. Entender que hay gente que está para apoyar y no para involucrarse. Ya es un montón saber que existe ese apoyo. Nos interesa mucho escucharlos, porque a partir de ahí podemos tomar mejores decisiones.
¿La encuesta es solo para asociados o la comunidad de los pueblos rurales también puede participar?
LV: La idea es, en este primer anillo, ir al asociado porque estamos sentando las bases del proyecto. Entendemos fundamental preguntarle a un segundo y tercer anillo, que son las instituciones vinculadas a las sociedades rurales y los educadores. Pero la base del proyecto es primero el asociado y seguramente después salgamos a escuchar a este segundo y tercer anillo de actores que van a terminar de redondear los proyectos. Lo más importante es que cada sociedad rural o cada asociado que quiera trabajar por la educación cuente con el apoyo de la comisión de Educación, que la comisión le pueda aportar recursos, herramientas y tecnologías como metodologías de trabajo para acercarse a una institución o algún tipo de instrumento para armar un proyecto de trabajo conjunto. Lo interesante es que el proyecto de la Sociedad Rural de Villegas con la Escuela Agraria de Villegas puede ser totalmente distinto al de Guaminí o Pico, porque cada sociedad rural es distinta y cada escuela es distinta. Lo importante es que haya un proyecto con objetivos claros, que se pueda sostener en el tiempo y que lo apoye la comisión de Educación de CARBAP.
La educación ha sido uno de los ámbitos más perjudicados por la pandemia y la cuarentena, pero mucho más la educación agropecuaria y rural, donde los entornos productivos y formativos son fundamentales. ¿Qué lectura hacen de este año?
LV: Una de las actividades más afectadas por la virtualidad y la no presencialidad ha sido la educación. Las escuelas en general se vieron afectadas, no solamente las rurales y agrarias. La realidad es que hace muchos años que se trabaja en la educación virtual. De hecho la universidad más grande de nuestro país es la Universidad Siglo 21, que es la que mayor cantidad de alumnos tiene porque tiene un modelo de cursado virtual o mixto. Hay una deuda pendiente, desde antes de la cuarentena y la pandemia, de poder actualizar los entornos de aprendizaje o aprovechar toda la tecnología disponible. De hecho hace más de 10 años que existe una propuesta de CIPPEC que se llama «Educación Invertida» que propone que los chicos puedan estar en su casa teniendo una clase teórica en un video de youtube -que en 25 minutos les explica un tema con recursos, con luces, con sonidos y con música- y después los alumnos hacen la tarea con sus compañeros de clase en la escuela. Eso les resulta más entretenido y de mayor impacto en el aprendizaje. Pero no se estaba implementando y eso era un recurso disponible y gratuito para todo el sistema.
En lo que es educación rural sumamos el problema de falta de conectividad. El impacto ahí es inevitable porque hay muchos niños y niñas que han quedado sin educación y dependían del nivel de compromiso de docentes y directores para buscar alguna alternativa y poder estar en contacto con entornos educativos, con entornos de aprendizaje. Por lo tanto este año hubo un impacto altísimo no solamente en la alfabetización de los alumnos y alumnas, sino también en la sociabilización, que es algo que me preocupa. De última aprenden el año que viene a hacer fracciones. Pero para un chico de 10 o 12 años no haber tenido contacto permanente con sus pares en lo que es sociabilización tiene un impacto. También en la formación ciudadana, que son los tres objetivos de la escuela: alfabetizar, sociabilizar y formar ciudadanos.
No hablo de año perdido, pero sí de un año donde vamos a tener que entender cuáles fueron los impactos y buscar la mejor manera de que todos los niños puedan recuperar o desarrollar todo lo que en este año no han podido desarrollar. Hubo grandes esfuerzos, mucha creatividad de educadores y directivos para poder suplir la falta de conectividad y la falta de presencialidad. El desafío, cuando vuelva la presencialidad, es poder evaluar el impacto que tuvo esto no solamente en la alfabetización, sino también en la sociabilización y la formación ciudadana para buscar alternativas y que esos niños y niñas puedan recuperar lo perdido.
¿Cuál es tu mensaje para el afiliado que aún no contestó la encuesta?
LV: Desde mi visión todos somos corresponsables de la educación en este país. No es un ministro, una maestra o un director, somos todos actores importantes de la educación. La primera educadora es la familia. La sociedad rural es un agente de cambio y un actor importante de cada una de las comunidades en las provincias de Buenos Aires y La Pampa, por lo tanto que hoy asuman ese rol para tener un impacto en educación me parece fundamental. A todos los asociados que quieran hacer oír su voz, para si o para no, ésta es una buena oportunidad de hacerse escuchar. La comisión de Educación tomará decisiones en funciones de lo que aparezca en la encuesta. Les pedimos que se tomen 5 minutos para llenar la encuesta y hacer escuchar su voz. Eso nos permitirá tomar mejores decisiones y hacer que los proyectos que desarrolle la comisión sean a la medida de lo que el asociado quiere hacer. Ese es el gran desafío y los invitamos a sumarse.
Luis Vedoya es maestro de Nivel Inicial, Maestro de Grado y Profesor en Ciencias de la Educación. Socio fundador y Gerente General de CreerHacer. Director de Inversión Social de la Fundación Fortabat. Fue Director Ejecutivo y miembro de la Comisión Directiva de la Fundación Integrar entre 2013 y 2017. Becado en 2015 por el Departamento de Estado de los Estados Unidos en el Programa de Liderazgo para Visitantes Internacionales. Miembro de la mesa técnica de Educación del Foro de Habitantes a Ciudadanos. Miembro fundador de Primero Educación. Fue parte de la Comisión Nacional para la Justicia y la Paz.
Implementó proyectos de mejora de calidad educativa en distintas provincias del país. Desarrolló la metodología de Grupos CREA de Escuelas, replicada por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Conferencista sobre temáticas vinculadas a la educación y pobreza.
En 2002 vivió en Banderaló.