Así lo manifestó Maximiliano Conti, el damnificado del robo que tuvo lugar en Charlone. Los ladrones -serían al menos cinco- abrieron un boquete de un depósito de agroquímicos y se alzaron con un botín de alrededor de $ 2.500.000.
Cuando Maximiliano Conti llegó al depósito de agroquímicos de su propiedad y vio el hueco en la pared por donde autores ignorados se llevaron fitosanitarios -por un valor superior a los 2.5 millones de pesos-, una pregunta surcó su mente: ¿Y ahora cómo consigo los productos para cumplir con mis clientes?
La propiedad de Conti está sobre el acceso a Charlone, a unos 500 metros del pueblo.
Conti es oriundo de Buchardo, pero desde el 2017 está radicado en Coronel Charlone. Con el correr de las horas y a medida que fue viendo cuál fue el modus operandi de los ladrones se fue dando cuenta que hubo todo un trabajo de inteligencia detrás del robo. Los delincuentes sabían qué estaban buscando, cómo ingresar y cómo evadir los sistemas de seguridad. Actuaban como si alguien les hubiese brindado valiosa información.
Los ladrones arribaron a las 23.30 horas del viernes y permanecieron en el lugar durante 4 horas. Usaron un carro (propiedad de Conti) para trasladar los bidones (en 2 viajes) al lugar donde estaba la camioneta (un lote contiguo). Las cámaras de seguridad lograron identificar el rostro de uno de ellos.
«No había nadie. Nos enteramos a las 7.30 cuando llegamos al galpón. Todo normal porque las alarmas no habían sonado. Desactivamos las alarmas y cuando Jorge, mi suegro, se va a poner a trabajar ve que hay un agujero en la pared. Me llama a mí, llamamos a la Policía. La Patrulla Rural vino a las 12.45 desde las 7.30 u 8 que hicimos la denuncia. Después de eso estuvieron 10 puntos, pero tardaron muchísimo», se quejó Conti, en diálogo con Actualidad.
«Los ladrones llegan a las 23.30. Las cámaras los registran, me levantan una chapa del portón donde no podían entrar porque había alarmas, miran los productos con una linterna, hacen un agujero y los sacan afuera. Después se dan cuenta que en otro lugar también había productos y se meten agachados, al ras del piso, para que los sensores no los tomen. Llegan a las cajas y las van sacando a las patadas desde el piso, sin pararse nunca. Estuvieron 4 horas. Venían con datos. Trajeron una masa, un pico, taladros a batería, llaves… trajeron todo y sabían todo. Con una inteligencia previa. Tenían muchos datos», explicó Conti.
«Dejaron la camioneta en un lote atrás mío. Usaron mi carro para transportar la mercadería e hicieron. Tuvieron todo el tiempo del mundo. Romper una pared no es fácil y tuvieron todo el tiempo del mundo para hacerlo. Usaban capuchas y gorros, pero una cámara lo agarró a uno, tengo la cara. Lo que ahora necesito es que la gente me dé un dato si vio algo sospechoso, una camioneta cargada de estos productos», añadió.
Vulnerabilidad
«Estamos vulnerables en los pueblos. Pasa una cosa de estas y el accionar de la policía demora 5 o 6 horas, siendo que estamos a 80 km. Estoy preocupado porque te puede pasar cualquier cosa. La policía está muy mal, no tiene ni una baliza que alumbre, no tienen ni para echar gasoil. Lo material ya está, lo di por perdido. Estamos vulnerables en los pueblos, la policía no tiene recursos para nada», concluyó Conti.