El médico psiquiatra Pablo Bolognesi Rodríguez visitó los estudios de FM Actualidad para hablar de una de las causa de demencia más común entre los adultos mayores: el Alzheimer. Si bien la enfermedad no tiene cura y es progresiva, el profesional explicó que es vital la detección temprana para poder abordarla y ralentizar su avance. «El tiempo es calidad de vida», remarcó.
Pablo Bolognesi Rodríguez es médico graduado con honores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Realizó la residencia en Psiquiatría en el Hospital Parmenio Piñero de CABA. Se especializó en Neuropsiquiatría y Neurología Cognitiva en la Fundación Favaloro -bajo la dirección del doctor Facundo Manes-, así como también en Gerontopsiquiatría. Es de Mar del Plata pero se casó con una villeguense y por eso visita muy seguido nuestra localidad.
En su última visita, estuvo en los estudios de FM Actualidad para hablar sobre una patología muy frecuente entre el grupo etario de los gerontes (la tercera edad) y uno de los principales motivos de consulta de sus pacientes: el alzheimer.
«En mi consultorio veo muchísimos casos con deterioro cognitivo o con demencias. La demencia es un cuadro de declinación de las funciones cognitivas (son funciones intelectuales y superiores del ser humano, como la memoria, la atención, la orientación, el lenguaje, la planificación, la toma de decisiones, los cálculos matemáticos, las habilidades espaciales). Cuando las personas empiezan a perder estas funciones hablamos de un deterioro cognitivo. Cuando ese deterioro es lo suficientemente importante como para impactar en el funcionamiento laboral, social o familiar, ahí hablamos de demencia: un deterioro cognitivo tan importante que afecta al funcionamiento cotidiano de la persona», explicó el médico psiquiatra.
«¿Cuál es la causa más frecuente de demencia? El Alzheimer. Es una enfermedad neurodegenerativa, esto quiere decir que se van perdiendo neuronas gradualmente porque se van muriendo a partir de una predisposición genética. Es gradual. Primero afecta áreas claves en la memoria, por eso el síntoma más conocido es la pérdida de memoria. Pero después afecta otro tipo de funciones cognitivas, como la orientación y el lenguaje. Otro síntoma clave son las alteraciones en la conducta», agregó.
Bolognesi Rodríguez remarcó que el Alzheimer tiene dos formas: el esporádico y el familiar. El esporádico es el más frecuente y se da en personas que tienen desde 60 años con una predisposición genética hacia la enfermedad. Además de la edad, hay otro factor que facilita la aparición del Alzheimer: las patologías vasculares de base como hipertensión o diabetes.
«Si bien el Alzheimer no es parte del envejecimiento normal, es verdad que la edad es el principal factor de riesgo. En el grupo etario de los 65 años vamos a encontrar que el 10% de la población tiene Alzheimer. Esto se duplica cada 5 años. Llegamos al grupo etario de 85 años de edad y nos encontramos con un porcentaje de prevalencia del 50%, es decir que 1 persona de cada 2 va a padecer Alzheimer», detalló el profesional.
El otro caso es el Alzheimer familiar, que tiene una predisposición genética importante y es una manifestación muy temprana y muy precoz de la enfermedad, en personas de 30 o 40 años. «Es una forma muy rara y es lo que menos vemos», advirtió.
Detección temprana
«Se está empezando a recomendar, a partir de los 50 años, hacer una evaluación cognitiva en personas que tengan aparentemente un funcionamiento normal. Es un test básico que se llama test de screening. Es un test que orienta. Si el paciente sigue bajando el rendimiento nos está hablando que la enfermedad está avanzando. Las demencias son progresivas y no se curan. Lo máximo que podemos es enlentecer la progresión. Eso es calidad de vida», sostuvo Bolognesi Rodríguez.
Y añadió: «Lo ideal es detectarlo lo más temprano posible. La enfermedad no tiene tratamiento, pero podemos abordarla temprano y esto enlentece su avance. Mediante fármacos, estimulación cognitiva, desafíos intelectuales, actividad física, socialización, tratando los trastornos anímicos, con una adecuada alimentación y con una serie de pautas del cuidado del cerebro la enfermedad avanza mucho más lento. Los pacientes que toman medicación y hacen todo esto evolucionan mucho más lento que los que no lo hacen. Una evolución lenta es calidad de vida. Son años de vida autónoma plena, de disfrutar de tu familia y amigos, de moverte en forma independiente».
El médico especialista en Gerontopsiquiatría aconsejó que no se naturalicen los olvidos, los cambios de personalidad o de ánimo, los problemas del lenguaje como «algo de la edad». «Hay que consultar al médico cuanto antes porque la muerte de neuronas empieza a ocurrir entre 10 y 15 años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Cuando aparecen los síntomas evidentes ya tenemos un cerebro que lleva entre 10 y 15 años de avance de la enfermedad. Por eso es tan importante detectar precozmente la enfermedad y abordarla», concluyó.