El Hospital Municipal ha incorporado los sueros para combatir el veneno de la picadura de alacrán y a la bacteria que provoca el botulismo. Ambos se suman al suero antiofídico contra la mordedura de yarará y al suero contra el veneno de la picadura de la araña «viuda negra», con los que ya contaba el nosocomio.
«Uno de los desafíos era ampliar la cobertura con respecto a enfermedades ponzoñosas. Hoy tenemos el orgullo de decir que el Hospital no solamente es referente regional de enfermedades ponzoñosas, sino que también contamos con el antídoto para alacranes. Algunos alacranes pueden ser venenosos y otros no. Es como la yarará y la falsa yarará. La falsa yarará te puede morder, pero no significa que te vaya a desencadenar un daño multiorgánico con compromiso de la vida», explicó el director del Hospital Municipal, Raúl Sala.
Y añadió: «Hoy por hoy el Hospital de Villegas cuenta con suero antiofídico para yarará y tenemos suero para la araña ‘viuda negra’. En esta zona tenemos la ‘viuda negra’ y la araña de los rincones. La ‘viuda negra’ es la más mortal, la otra se puede tratar clínicamente. Pero también hemos incorporado suero contra la picadura de alacrán, para la tranquilidad de la población. Y, además, hemos incorporado la antitoxina botulínica. El botulismo es causado por una bacteria y es una enfermedad silenciosa. Es muy común por la mala factura y la realización de comidas caseras que se dejan afuera, con el calor, de un día para el otro. Hay una bacteria que produce una toxina que puede generar la muerte. La bacteria se puede neutralizar hirviendo los alimentos: a 80 grados, antes que se produzca el hervor, se neutraliza. Afortunadamente, hoy por hoy contamos con las ampollas de la antitoxina botulínica».
¿Cómo identificar un alacrán venenoso de otro que no lo es?
«Algunos alacranes son venenosos y los otros no. Le recomiendo a la gente que, en caso de tener contacto con un alacrán, lo metan dentro de un frasco para ver cuál es la variedad de especie que tenemos en Villegas. Solamente pica cuando se ve amenazado. Busca siempre la oscuridad y las zonas húmedas, por eso está debajo de los colchones, de las camas, dentro de los zapatos», detalló Sala.
El insecto que no es venenoso es de un tamaño mayor al otro, tiene un color más intenso, las tenazas son más grandes y voluminosos, y la cola solo tiene un aguijón.
El insecto que sí es venenoso tiene un color parduzco, es de tamaño más chico, sus tenazas son más alargadas y estilizadas, y la cola tiene un aguijón que inyecta la ponzoña y un falso aguijón.
«Cuando nos pica un insecto entramos en pánico, pero lo primero que hay que hacer es tratar de higienizar la herida y acudir al centro más cercano de salud. Si se puede hay que meter al insecto dentro de un frasco para que el médico sepa cuál es el bicho que te picó. De eso depende el tratamiento», informó el funcionario.
Recomendaciones para evitar picaduras:
- Ventilar los ambientes para que no haya humedad
- No dejar ropa tirada en el piso
- Que el calzado no esté en el piso
- Tirar algún tipo de insecticida habilitado
Sala también brindó detalles para diferenciar a una víbora yarará de una falsa yarará: «La yarará es más corta que la culebra y mucho más ancha. La culebra es verde y tiene algo de color; mientras que la yarará es de un color verde oscuro con marrón, tiene la panza amarilla y en su lomo tiene una imagen arriñonada, como si fuese el tubo del teléfono antiguo».
«Queremos darle la tranquilidad a la población de que contamos con los sueros ante situaciones eventuales que ojalá no sucedan nunca», concluyó el profesional de la salud.