Claudia Brime, villeguense radicada en España, cuenta cómo es la realidad en aquel país luego de un mes de confinamiento. Los contagios se estabilizaron pero la cantidad de muertes sigue subiendo. «Tenemos un 10% de muertes en relación a la cantidad de contagios y habitantes», cuenta. Ahora comienza a preocupar la enorme crisis económica y la falta de ingresos de un grueso sector de la población.
Desde Salou, provincia de Tarragona (España), la villeguense Claudia Brime -hermana de Susana Brime- se comunicó con Actualidad para informar cómo es la situación actual del país Ibérico, uno de los más golpeados por la pandemia del coronavirus.
«Ya cumplimos un mes de cuarentena. Estamos sufriendo incertidumbre, estrés, ansiedad, sumado al problema económico que ya empieza a notarse en las familias, en personas que viven solas, en la mayoría de los ciudadanos que viven de sus ahorros. No hay ingresos. Hay que pedir créditos en los bancos para paliar esta situación el tiempo que dure. La incertidumbre es que no sabemos cuánto va a durar este confinamiento», comienza diciendo Brime.
«Muchas personas tuvieron la suerte de recibir el crédito del banco muy rápido, pero a la mayoría les están poniendo muchísimas trabas: hay que especificar para qué necesitas el dinero, cuándo vas a activar tu empresa, cuánto te parece que vas a ganar en el año para pagar intereses. Se está tardando mucho para que recibir un crédito y empieza la desesperación de la gente porque el dinero se acaba y no ingresa nada. El gobierno también está dando ayudas, pero vienen a cuentagotas. Los autónomos están sufriendo la falta de respaldo del gobierno, son los que más perjudicados van a salir de todo esto económicamente», añade.
Para colmo de males, los bancos quieren asegurarse y empezaron a cobrar seguros de vida ante el riesgo de que alguna persona que reciba el crédito muera por coronavirus. «Para darte el crédito, el banco te pide que hagas un seguro de vida que tenés que pagarlo sumado al porcentaje de intereses de tu crédito. Los bancos nunca pierden. Todo esto está perjudicando aún más al bolsillo de los españoles. Hay mucha desesperación en la parte económica», explica Brime.
Y en un contexto de tanta mortalidad (en España es del 10% de los infectados), de crisis económica y de incertidumbre, empiezan a surgir problemas de inseguridad: «Aquí hay más asaltos. Algunos tienen necesidades y otros aprovechan la situación. Asaltos en farmacias, en casas particulares. Personas que se hacen pasar por personal sanitario, por policías o por gente del ayuntamiento diciendo que vienen a controlar con un test rápido. La gente les abre sus puertas y los asaltan. También están los okupas que se meten en viviendas vacías, que suelen ser segundas residencias, y es muy difícil sacar a esta gente de allí. Ya pasaba antes, pero ahora hay más», resume.
En España se especula que el posible fin del confinamiento podría ser el 26 de abril, pero muchos creen que va a continuar por más tiempo.
«Poco a poco están levantando la cuarentena por sectores, algunas fábricas se activarán a mediados de abril. En cuanto a las personas, empezarán a salir de acuerdo al número de documento. Los mayores son los que más tarde saldrán del confinamiento. Nos tendremos que ir acostumbrando a vivir siguiendo protocolos, a vivir distanciados y quizás más adelante tendremos que tener una pulsera que nos identifique como personas libres de infección para poder salir a la calle, como ya se hace en China y en Corea del Sur. Parece una película futurista aunque nadie se atrevió a escribir el final», concluye Brime.