Campeón con Atlético Villegas en 1976 y subcampeón con Eclipse al año siguiente, Horacio Eresuma dialogó con OVACIÓN y recordó su paso por el fútbol villeguense.
Es de Tres Algarrobos aunque ya hace muchos años que está radicado en CABA. Aquejado por una afección respiratoria decidió quedarse en su pueblo natal para pasar la cuarentena lejos del peligro del coronavirus. Se trata de Horacio Eresuma, quien salió campeón en el Club Atlético Villegas y subcampeón en Eclipse.
Su carrera futbolística comenzó en Social y Deportivo de Tres Algarrobos. Arrancó de chico, a los 12 años, y ya a los 15 debutó en la primera de los Rojos.
Sus buenas actuaciones le permitieron formar parte del seleccionado sub 16 de la Liga del Oeste que iba a participar de un campeonato argentino organizado por la AFA.
«Empezamos a competir y eliminamos a Trenque Lauquen, a Pehuajó y ya la gente empezó a seguirnos. El equipo jugaba muy bien. La gente contraria nos aplaudía. Había jugadores de Banderaló y de Santa Eleodora, porque en ese entonces Villegas estaba representada por la Liga del Oeste. Después eliminamos a Los Toldos, a Chivilcoy y pasamos a semifinales, contra Bahía Blanca. Le metimos 4. Fuimos a la final con Rojas, en Pergamino, y salimos campeones provinciales. Pasamos a cuartos de final, a competir con las demás provincias, en Buenos Aires. El primer partido le metimos 4 a La Pampa, en semifinales con La Rioja se nos complicó porque tenían unos jugadores impresionantes. La pasé muy mal esa tarde. Jugaban a un toque y me hacían el 2-1. Así y todo le hicimos bastante guerra y terminamos 2 a 1. Después jugamos por el tercer y cuarto puesto, le ganamos 2 a 1 a Tucumán y quedamos terceros», recordó Eresuma.
Luego de esa gran experiencia pasó a Ferro Carril Oeste, donde jugó en quinta, cuarta y tercera división, compartiendo plantel con jugadores como Carlos Arregui, Oscar Garré, Héctor Cúper.
Pero su sueño de ser un jugador de fútbol profesional no se pudo concretar. Luego de un paso fugaz por Racing de Trelew, donde no le fue bien y no pudo adaptarse, lo llamaron de Atlético Villegas.
«Ahí encontré un grupo humano espectacular, con una sinergia terrible. Era el año 76, un buen año. Tuve compañeros como Santos De Brasi, Miguel Alvaro, Nicola Pedraza, Mario Bitti, el «Toco» Luna. Un equipo indestructible, un grupo fuerte para enfrentar los problemas. Pasé un año buenísimo», rememora.
Con la Academia salió campeón y al año siguiente pasó a Eclipse, donde salió subcampeón. «No tuve un año muy bueno, pero al equipo no le fue mal», dice.
En el 78 vuelve a los Rojos y, ya desmotivado, decide abandonar su sueño de convertirse en jugador de fútbol profesional. Tenía tan solo 23 años cuando colgó los botines.
Hizo el curso de entrenador, pero nunca llegó a dirigir ningún equipo. «Hubiera sido mejor DT que jugador, porque tenía mucha capacidad para leer los partidos», concluyó.