El jugador mandó un burofax avisando que pretende dejar el club sin pagar un peso. Desde el club afirman que el reclamo no tiene validez legal.
Llegó el final que nadie esperaba. Lionel Messi le comunicó al Barcelona que tiene decidido marcharse del club. Considera que su ciclo está terminado. Que hasta acá llegó. Que si el club quiere un borrón y cuenta nueva, habida cuenta de las últimas resoluciones, de la «limpieza» que viene a hacer el entrenador Ronald Koeman y de las viejas cuentas pendientes, él ya tiene todo definido. Ya no más.
El argentino pidió hacer uso de la opción que figura en su contrato para rescindirlo automáticamente y en forma unilateral al final de cada temporada. El diario español Mundo Deportivo confirmó que en el Barça recibieron el burofax (la carta documento) con el pedido para ejecutar esa cláusula que le abre la posibilidad de emigrar sin ningún tipo de costo económico.
Esta cláusula vencía en principio el 31 de mayo, pero desde el entorno del futbolista consideran que este plazo se modificó por la pandemia del coronavirus, dado que la competencia terminó mucho más tarde. De ese modo, el jugador estaría a tiempo de ejecutarla el 31 de agosto.
No le resultaría sencilla, igualmente, la jugada al argentino. Barcelona ya salió a contestar que no se puede marchar de forma unilateral.
«El club blaugrana ya ha contestado esta petición, asegurando que no tiene sustancia legal, ya que el período para que Messi renunciase a la renovación y pudiera salir libre ya ha ha pasado, porque la fecha tope estaba en el 30 de mayo. Lo que no queda duda ya son las intenciones de Messi de marcharse este verano del Barça», relata el diario catalán Sport tras consultar fuentes de la dirigencia del club catalán.
Más allá de la clara manifestación de Leo de buscar nuevos horizontes, en el Barcelona aloja todavía una mínima esperanza de que dé marcha atrás, aunque por ahora parezca algo muy parecido a una utopía.
Desde el club apuestan a que la engorrosa batalla legal que se vendría termine por desalentar el ímpetu de Leo, algo que luce lejano por ahora. De todas maneras, a todos les queda claro que retener al máximo ídolo del club en contra de su voluntad por una temporada no es un escenario posible. En resumidas cuentas: si logran que Leo se queda, tendrá que ser porque finalmente el proyecto para la reconstrucción lo convenció. Algo que hasta ahora, a la luz de los hechos, ni por asomo ocurrió.
El «desastre» de Lisboa, con el 8-2 del Bayern Munich en los cuartos de final de la Champions League y las decisiones de Koeman, sobre todo la determinación de prescindir de su amigo y compadre Luis Suárez, aceleraron la determinación de Messi, quien de este modo evitaría que su nuevo club tenga que hacerse cargo de la cláusula de rescisión, de nada menos que 700 millones de euros.
«Respeto y admiración, Leo. Todo mi apoyo, amigo», escribió Carles Puyol, ex compañero de Messi en el Barsa. Toda una apuesta política en la interna catalana para alguien que ya en la era previa a Leo se había convertido en referente del club. La historia no quedó ahí: Suárez replicó este tuit con aplausos.
Liam Gallagher, ex cantante de Oasis, lo pidió para su Manchester City: «El Mesías en su camino hacia Manchester City FC. Vamos. Tú Sabes».