Desde hace meses he observado con detenimiento, la mayor parte del tiempo como un espectador, el movimiento administrativo del municipio.
La gente entra y sale de las oficinas, se hacen trámites, se llevan y traen papeles que se firman, se sellan y se entregan. Algunas veces hay muecas de frustración y en otras oportunidades se nota esa sensación de haber vencido por cansancio al sistema burocrático.
Cuando empecé a sentarme en el hall de la municipalidad a esperar una respuesta, iba con abrigo debido al frío y ahora ya estamos a punto de celebrar la navidad de este año complejo y difícil, pero en el que no hemos podido dejar de trabajar. Bueno, eso para algunos.
Hace 8 años levanté con muchísimo esfuerzo y poniendo a prueba mi capacidad financiera, la planta de reciclado de plásticos. He recibido asesoramiento de técnicos y profesionales que han verificado hasta el mínimo detalle para poder ponerla en funcionamiento en el parque industrial, con todos los requisitos que establecía el OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible). Lugar en el que, por ordenanza, se me otorgó un espacio para la instalación. Oportunamente, fue el propio intendente Eduardo Campana, quien firmó un decreto autorizándome a emplazar un CAT (Centro de Acopio Transitorio).
En ese momento, le propuse al intendente donar $5 (pesos cinco) a instituciones de bien público, por cada bidón que ingresara al CAT, iniciativa que fue recibida de muy buen agrado por el jefe comunal.
En el mes de julio de 2019, el intendente y sus secretarios, visitaron el CAT, con foto incluida y noticia publicada en la página web del municipio y en Diario Actualidad, donde se anunciaba que se trataba del lugar que recibiría los bidones y que ya estaría próximo a comenzar a trabajar.
A mediados del mes de octubre se comienzan a realizar reuniones para conseguir apoyo financiero de empresas de venta de agroquímicos, para la construcción de un nuevo CAT, desconociendo totalmente la existencia del mío. A raíz de esto, antes de fin del 2019, mantuve conversaciones con la secretaria de Medio Ambiente, Marina Justo, quien negó estas versiones y prometió realizar las acciones necesarias para agilizar el trámite de habilitación de la planta de mi propiedad.
Hacia finales de enero de 2020, recibo otro golpe en mitad del rostro. Se realiza desde el municipio y por cadena de WhatsApp, una convocatoria a reunión en instalaciones del Aero Club de General Villegas, para firmar un convenio para la construcción de un nuevo CAT, a la que asistieron integrantes del Concejo Deliberante.
En ese momento, el trabajo de mi gestor para continuar con el trámite de habilitación ha sido una misión imposible. Tras meses de averiguaciones y ante la respuesta del organismo provincial, de que faltaban “papeles importantes”, confirmamos que esos papeles importantes eran el expediente madre completo, que fue retenido por un año en oficina del municipio.
Después de encuentros en los que se me negaba que el expediente estuviera en la municipalidad y sin solución a la vista, en el mes de agosto, decido presentar formalmente una nota de reclamo con informe del OPDS donde constaba en qué lugar se encontraba la documentación. Paralelamente, en ese momento tuve también conversaciones con concejales, que conocieron la situación que estaba atravesando.
Después de esto, la secretaria de Medio Ambiente, reconoció ante los concejales, que el expediente estaba en General Villegas, pero que no era necesario enviarlo para terminar los trámites de habilitación, razón por la cual no pensaba remitirlo al organismo. Entonces ¿por qué el OPDS aseguraba que necesitaba el expediente para otorgar la habilitación? ¿cómo es posible que los argumentos cambiaran a medida que mis reclamos se iban haciendo públicos?
Trabas, siempre trabas y mentiras. Nunca he recibido un aliciente, como empresario local, para que la planta pueda comenzar a trabajar. Intendente y funcionarios visitaron el lugar, con su correspondiente foto y nota a los medios, pero a partir de ahí, no solo se convirtieron en una máquina de impedir (en esto sí muy eficientes), sino que propiciaron la instalación de un Centro de Almacenamiento de empresarios que no son de General Villegas. Esta situación consta en el proyecto de Ordenanza del DE enviado al HCD el 1º de octubre del corriente, por el cual se le cedería terreno en el Relleno Sanitario, proyecto que fue pasado a Comisión por la mayoría de los concejales.
Desde hace unas semanas y por una supuesta indicación de OPDS, agentes de la patrulla rural han estado investigando mis emprendimientos y mi vida privada, citando a vecinos, amigos y comerciantes para que den testimonio de mi persona y de mis actividades. A eso se suma que esta semana, inspectores del área de comercio, se hicieron presentes en la planta para verificar que no se estaban moliendo bidones.
Increíblemente, NADIE NUNCA, me ha preguntado jamás cuáles son los requisitos que debo cumplir para poner en marcha la planta, que podría dar trabajo a 20 familias de General Villegas. La base del rechazo del OPDS se funda en que el terreno es inundable (imagino que esa condición rige también para el resto de las empresas que están en pleno trabajo y para las que se instalen en el futuro).
No puedo dejar de preguntarme qué puede pesar más que el beneficio que reportaría a nuestra comunidad una nueva fuente de trabajo, impulsada por una empresa local, que además generaría mucha mano de obra indirecta y que reportaría sumas importantes de dinero a entidades de bien público de nuestro medio.
Es aterradora la falta de interés (para no llevarlo a un terreno comercial entre funcionarios del municipio y agentes del ente provincial) y la insistencia en el llamado a radicación de empresas foráneas en detrimento del desarrollo de la economía local. Están buscando todas las formas posibles para llevarme a la quiebra, pero créanme, si eso ocurre, no voy a caer solo.
Carlos Zabala
DNI 14.178.982