En la columna «La Voz del Campo» hablamos con el Ingeniero Agrónomo Martín Videla Dorna -presidente del Centro de Ingenieros Agrónomos de General Villegas- acerca de lo que implica un concepto que cada vez se escucha más: las Buenas Prácticas Agrícolas. Además, dialogamos con Pablo Ginestet -vicepresidente I de CARBAP- sobre la presentación del plan de BPA del gobierno provincial y de las contraprestaciones económicas que podrían obtener los productores que se inscriban en dicho plan.
La definición de las Buenas Prácticas Agrícolas según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) es mucho más abarcadora e integral que la mera utilización de agroquímicos en un lote. De acuerdo a lo que establece este organismo internacional, las BPA consisten en «la aplicación del conocimiento disponible a la utilización sostenible de los recursos naturales básicos para la producción, en forma benévola, de productos agrícolas alimentarios y no alimentarios, inocuos y saludables, a la vez que se procura la viabilidad económica y la estabilidad social».
Para el Ingeniero Agrónomo Martín Videla Dorna, esa definición está basada en varios pilares que hacen a las Buenas Prácticas Agrícolas:
- Conocimiento disponible: «El conocimiento que hoy tiene el mundo ha descartado algunas prácticas y ha incorporado otras. También ha incorporado tecnologías benévolas con el medio ambiente, que han favorecido a la producción y la forma de producción».
- Utilización sostenible de recursos naturales: «Debemos utilizar los recursos pensando en la viabilidad de ese recurso en el tiempo, con todas las medidas de protección necesarias para que esos recursos estén disponibles para la generación que viene: no desforestar en ciertas áreas donde no se debe desforestar, utilizar prácticas conservacionistas para evitar la erosión hídrica, la erosión eólica, para reponer los elementos del suelo que se consumen en cada cosecha y utilizar las variedades de productos que corresponden a cada zona».
- Viabilidad económica: «Si estas prácticas no llevan a un punto donde se genere un tipo de rentabilidad, entonces no son viables en el tiempo».
- Estabilidad social: «Incluye a la gente que vive de lo que produce y a la gente que realiza el trabajo para producir. Esto significa proteger al trabajador, darle buenas condiciones de vida a él y a su familia. Hoy a eso tenemos que agregar los insumos básicos, como luz, gas, agua, telefonía y hasta internet».
«Todo eso son las Buenas Prácticas Agrícolas, no es solamente el uso de agroquímicos que se puso en boga en los últimos tiempos. Las BPA también incluyen el transporte y la industrialización de esos productos que salen del campo, respetando la protección de la gente que trabaja en el circuito de transporte e industrialización. Las BPA son muy amplias y cubren desde la producción hasta el final de la cadena», añadió Videla Dorna.
¿Cuáles son las BPA que se pueden implementar dentro del distrito de General Villegas para tener una producción eficiente con el menor impacto ambiental posible?
Para lo que es la producción de productos primarios -el primer escalón de las BPA y el que caracteriza a Villegas, un distrito netamente productor- hay varios puntos a tener en cuenta según el especialista:
- Manejo del suelo, del agua y de los sustratos: «Utilizar el agua y el suelo en la forma más eficiente y con el menor impacto ambiental. Tomar las medidas necesarias para que no haya erosión eólica ni hídrica. Utilizar cultivos de cobertura, cultivos de servicios, la siembra directa y, además, cuidar el agua. Hay formas de manejar el agua para que el cultivo sea más eficiente: haciendo barbechos, usando cultivos de cobertura, haciendo rotaciones. Son medidas que hacen a la protección del suelo y son fundamentales para la producción».
- Manejo de fertilizantes: «Con la agricultura se extraen elementos del suelo que hay que reponer porque con el tiempo se transforma en un punto crítico para la producción. Por eso la fertilización del suelo es una medida que tiene que estar dentro de las BPA en la agricultura».
- Elección y producción de semillas: «Debemos elegir las variedades que corresponden, para las zonas que corresponden. También tener en cuenta los ciclos cortos, medianos o largos de los distintos cultivos. Eso permite manejar distintas prácticas, como la utilización o no de cultivos de cobertura».
- Manejo integrado de plagas: «Es importante utilizar la menor cantidad posible de insecticidas o herbicidas, tratando de controlar las plagas con un sistema de monitoreo que te lleva a utilizar esos productos en la menor medida posible. Es común que se fumigue por las dudas. El monitoreo es un control permanente y sistemático de los lotes. Hay umbrales: hasta tantos insectos de tal variedad por metro no tiene sentido pulverizar un lote porque el daño que producen esos insectos no es económicamente importante. Entonces se evita una pulverización y un gasto. Además, se evita terminar con la parte benéfica de los insectos, porque hay insectos benéficos que ayudan a controlar otros. Lo mismo pasa con hongos y bacterias que viven de otros hongos».
- Maquinaria y equipos acordes: «Hace no muchos años se usaban herramientas que daban vuelta el suelo en forma tal que lograban efectos nocivos por consecuencia de la erosión hídrica y eólica. Ese tipo de medidas degradan el suelo y eso se fue corrigiendo con la utilización de las máquinas que corresponden».
- Manejo de productos de cosecha y postcosecha: «Cuando se cosecha quedan los rastrojos. La buena distribución de esos residuos en el lote hace que se degraden de forma uniforme a lo largo de todo el lote».
¿Podemos hablar de uso de agroquímicos y de BPA al mismo tiempo?
«Si, porque las BPA no restringen la utilización de ningún insumo en general. Lo que tratan es de reducirlos al mínimo posible. Esto incluye no solamente la utilización de agroquímicos sino el manejo de residuos posteriores. Porque cuando se produce se generan residuos: hay residuos químicos y residuos orgánicos, que también tienen su impacto ambiental pero que son más fáciles de manejar.
En nuestra provincia hay un agujero negro en cuanto a la falta de una ley provincial actualizada, y entonces los municipios se han ido moviendo para reglamentar la utilización de agroquímicos, que en estos últimos años se hizo más intensiva con el crecimiento de la agricultura. Los municipios salieron a cubrir ese agujero que no cubre la Ley provincial, que existe pero es de la década del 80. Desde esa época hasta ahora cambió el mundo, cambió la agricultura y cambió la utilización de insumos. Ese manejo debe ser hecho por profesionales, con productos habilitados, en las dosis que corresponde y respetando las prohibiciones. Además, debemos utilizar los productos según las condiciones ambientales que corresponden: si hay viento, excesivo calor o corrientes convectivas estás haciendo un trabajo mal hecho. Todo eso está dentro de las BPA.
Villegas hace dos años no tenía ordenanza de fitosanitarios. Hasta el último alambrado o al lado del pueblo se podía usar cualquier producto. Hoy hay una zona de exclusión de 40 metros donde no se pueden usar agroquímicos y una zona de amortiguamiento donde se pueden usar productos de banda verde y azul, y no se pueden utilizar una serie de productos restringidos. Todo esto hay que hacerlo siempre con el control de un ingeniero agrónomo que fiscalice, con aviso al municipio y con determinadas condiciones ambientales ya prefijadas en la receta agronómica. Eso ha sido un avance y ha hecho que los problemas de las zonas periurbanas hayan disminuido. Todavía queda seguir trabajando para fiscalizar el control de las BPA en el resto de los lotes, más allá de la zona periurbana».
¿Cómo es el manejo de los residuos químicos de la producción agropecuaria?
«Los residuos no orgánicos son los bidones y los bolsones de plástico para guardar el cereal. El manejo de los bolsones es más simple en su tratamiento posterior porque no contiene un producto tóxico. Es más complicado el tema de los bidones. Por eso salió la ley nacional de envases, donde se marcan las pautas de cómo manejar esos envases una vez que fueron utilizados: perforados, con el triple lavado o el lavado en un tanque de lavado de las máquinas y el traslado a determinados lugares que son los Centros de Acopio Transitorios (CAT), hechos en determinados lugares y con determinadas condiciones. Esos bidones son retirados por empresas que se dedican al molido y a la reutilización de ese plástico.
Villegas está en proceso de tener su propio CAT y la idea es tener dos más: uno al norte y otro al sur del partido para comodidad de los productores».
Presentación del programa de BPA por parte del gobierno provincial
Se presentó en Guaminí un programa de BPA por parte de la Provincia de Buenos Aires. Pablo Ginestet -vicepresidente I de CARBAP- comentó de qué se trata dicho plan: «Es para productores, ya sean propietarios o arrendadores. Hay que hacer una inscripción a través de la página del Ministerio. Siguiendo los pasos del plan se puede obtener un certificado de que se están cumpliendo las BPA. Hay que presentar un análisis de suelo, un plan trianual de producción que tenga en cuenta rotaciones, mitigaciones de riesgo de erosión eólica y de erosión hídrica. Una vez que el plan es aceptado por parte del Ministerio hay visitas de veedores del Ministerio. Otras cuestiones a tener en cuenta son: el uso de receta agronómica, gestión de envases vacíos, agricultura de precisión. Esto va a tener una especie de contraprestación económica: aquel productor que pueda cumplir con todo va a recibir un aporte no reintegrable de hasta un 10% del valor del alquiler del predio que está produciendo», explicó.
«Es un buen paso inicial para que los productores se hagan cargo de que hoy la demanda de la sociedad es el mayor cuidado del medio ambiente. También es una buena oportunidad para demostrar que en el sector agropecuario se hacen las cosas de manera adecuada y se produce no solo de forma eficiente, sino cuidando el ambiente para el bienestar de todos», concluyó Ginestet.