En los últimos años Argentina recuperó el mercado de carnes en el mundo. Recordemos que en los gobiernos peronistas o en su nombre «nac and pop» más conocidos como kirchneristas, hubo períodos de cierre de las exportaciones cárnicas. Esa actitud llevó a que muchos ganaderos salieran del negocio, otros presentaron bancarrota y otros fueran tocados por la varita mágica del festival de subsidios.
La recuperación de la actividad se generó en el gobierno de Cambiemos. No solo creció el stock ganadero llegando a casi 54 millones de cabezas, sino que abrieron nuevos frigoríficos con la generación de nuevos puestos de trabajos directos. Esta apertura llevó a contar con la China que comercializa el 74 % de las ventas, además de Chile, Israel, Alemania cada uno con el 5%, Rusia 2%, etc., con facturaciones que superaron más de 2.723 millones de dólares anuales.
Impulsado por el incremento de la carne y convencido el actual gobierno de que con la siguiente medida aportará a la baja del precio interno de la carne el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Desarrollo Productivo, en una disposición conjunta, creo la resolución 3/2021. “Las exportaciones de los productos cárnicos y sus subproductos estarán sujetas a la registración previa de una Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC)”, define el artículo 1ro.
Cabe recordar que en la primera etapa del primer gobierno kirchnerista crearon los ROE, un
instrumento por el cual se debía declarar anticipadamente la exportaciones en la ex
ONCCA (Organismo Nacional de Control y Comercialización Agropecuaria), a cargo de Ricardo Echegaray, con influencias del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.
Esta DJEC o su sinónimo kirchnerista ROE son ni más ni menos una traba a las exportaciones. Esta disposición de alcance nacional propone que deberá crearse una Comisión Mixta de Seguimiento y/o Comisión Mixta de Fiscalización. Conociendo a los
actores actuales del Ministerio, ¿Quién o quienes serán los integrantes de dicha
comisión?
Estamos en presencia de un retroceso. Esta resolución no aportará a bajar la inflación,
pero sí disminuirá la producción. Es una medida a corto plazo y sesgada por el enfrentamiento contra el campo.
Algunos frigoríficos cerrarán con la posible pérdida de más de 10.000 operarios. Por lo tanto nuestros competidores a nivel mundial (Brasil, Uruguay, Paraguay) serán los destinatarios de nuestros errores. Un mercado que se pierde a nivel mundial lleva
tiempo para poder recuperar.
(*) Horacio Volpe es médico veterinario e integrante de la mesa agropecuaria de la Fundación Alem y Presidente de la Unión Cívica Radical de General Pinto.