«Cuando enseñar es un arte y el aprender es un placer»
Por Prof. Laura Mónica Saisán
En términos generales la etapa de Educación Primaria supone un primer e importantísimo paso en la educación obligatoria, que empezará a sentar las bases formativas del ser humano, y que luego tendrá continuidad en una etapa de mayor especificidad.
Además, se trata de una etapa en la que la formación del niño va más allá de la mera comprensión e interiorización de contenidos, apunta a generar pautas de socialización, de cooperación, de respeto por los demás.
Para ser buenos operarios no es suficiente conocer bien instrumentos. Para ser un médico cirujano no basta conocer bien la anatomía y la técnica quirúrgica. No alcanzan todos los conocimientos si falta lo esencial del ser humano: su humanidad. Y una educación humanizada, que poco o nada tiene que ver con la robótica de programas educativos prefabricados y enlatados, involucra tanto la sensibilidad como la responsabilidad, tanto la inteligencia cognitiva como la emocional
Cuando se habla de escuela, como la Escuela Primaria Nº17 “General José de San Martín”, esos propósitos, expresados en la bibliografía pedagógica: “sentar las bases formativas y generar pautas de socialización, de cooperación, de respeto por los demás”, fueron, son y, seguramente, serán los grandes propósitos de los docentes, porque e “la 17”, ha dejado como impronta el lema de su centenario: “La Escuela 17, es una escuela que abraza” …
Y continúo sosteniendo ese lema porque sus exalumnos no pueden alejarse de ella. Tal es el caso, por citar uno de los innumerables ejemplos, el del Dr. Carlos García, que sintió un “fuego interno” que lo impulsó a sacar a luz y compartir sus recuerdos de su escuela primaria, de aquella, de la “vieja 17”, que estuvo en un edificio casi derruido (de la esquina de Belgrano y Castelli) y posterior baldío, desde 1.921 hasta 1959.
Tan fue así que un sábado común, como cualquier otro, el Dr. Carlos García aparece en mi casa con fotocopias de un diario villeguense “La Voz de Villegas” (que ya no está en circulación) del día 21 de junio de 1.991. Para mi sorpresa, al recorrer con la mirada las imágenes y los textos, sentí que los exalumnos, los ex docentes y ex auxiliares jamás dejan de ser “de la 17”, porque allí estaban: ¡Rescatando “el mástil que casi olvidaron”!
Guardar en un libro o en un álbum esos testimonios, sería muy egoísta de mi parte, porque la historia nos pertenece a todos. Es por eso que, tratando de poder reflejar todo ese material, recurrí a transcribirlos, para que toda la comunidad pueda sentir la misma emoción que se veía reflejada en la mirada del Dr. Carlos García, y que conmovió, de igual manera, a las mías.
…¡¡Gracias a todos, a los fueron “de la 17” y a los que son, porque esta prestigiosa escuela, ha transitado estos 100 años formando personas, que más allá de los contenidos,
aprendieron a tener valores y a cultivar sus emociones!
