Tener el privilegio de entrenar junto con Lionel Messi, Ángel Di María, Gonzalo Higuain, Sergio Agüero o Javier Mascherano, entre otras tantas figuras, le generaría una envidia sana a cualquier persona futbolera de nuestro país o del mundo. El villeguense Christian Páez cumplió ese sueño en el Mundial Brasil 2014, donde nuestra selección cayó en la final ante Alemania. El «Puma», como lo apodan sus más cercanos, pasó por Ovación Verano y recordó aquella experiencia maravillosa.
El sueño inesperado
«Arranqué de chico jugando en Atlético, después influenciado por amigos me fui cambiando de clubes y pasé por los tres (jugó en Eclipse y Sportivo). De acá me fui a Pehuajó, gracias a un contacto de mi tía tuve la posibilidad de llegar a Estudiantes de Pehuajó. Luego volví a la Liga de Villegas para jugar en Cosmopolita y de ahí me fui a Rosario. Allá estuve un mes en el Club Renato Cesarini, que es una institución que representa jugadores. Posteriormente fui a Torquinst de Bahía Blanca, donde me pusieron dos semanas a prueba y logré quedar», rememoró el «Puma» sobre su trayectoria futbolística antes del gran hecho.
Cuando se cabeza pasaba por ganar la liga bahiense, Christian recibió un llamado inesperado, que a su vez venía con una propuesta de ensueño. «A dos meses del Mundial, Renato se contactó y me llevó como sparring de la selección. En su momento no lo podía creer, era el sueño de todo jugador. Tuve que dejar la liga cuando estábamos cerca de salir campeones e ir a entrenar con esas bestias, no caía», recuerda.
Ya en territorio brasileño, el «Puma» pudo cumplir su sueño y compartió distintos entrenamientos con cracks del fútbol mundial como lo siguen siendo al día de hoy Lionel Messi y compañía. «Ellos tenían al plantel de la Sub-20 como sparrings que los seguían a todos lados. Nosotros estuvimos en un lugar específico, listos para entrenar en una cancha de un barrio privado cuando AFA lo disponía. Ellos traían a todo el plantel, practicábamos pelota parada, un poco de fútbol, todo lo que ellos necesitaban y después ya nos volvíamos al hotel.
Ante la consulta sobre si guardaba algún recuerdo material de esos entrenamientos junto a jugadores de talla mundial, Páez contó lo siguiente: «No nos dejaban ir con celulares ni con nada. Por eso es que no tengo ninguna foto de esos momentos, solo nos permitían llevar los botines en la mano y nada más. Después pudimos presenciar dos partidos de la Copa del Mundo, uno contra Irán por fase de grupos y el otro fue contra Suiza en octavos. Ya para la parte final nos volvimos para Argentina».
Una vez realizado el sueño de cualquier futbolero, Christian continuó con su carrera como futbolista. Su siguiente paso fue en el extranjero, donde se desempeñó como jugador en el Real Frontera de la Segunda División de Venezuela. «Llegué como uno de los refuerzos del club junto a dos colombianos. Futbolísticamente me fue bien. Haber vivido la experiencia de jugar en el exterior fue hermoso. Disfruté mucho los viajes, la pretemporada que hicimos en Colombia, trabajar de algo que amas siempre es muy lindo», comentó.
Fuera de la «burbuja» futbolística, se conoce que la situación de Venezuela no es la mejor, ni lo era en el momento donde el villeguense se encontraba allí. «No me toco sufrir la situación desde lo que respecta a mí economía, pero sí vi el sufrimiento en la calle. Había gente tirada por todos lados, lastimados, con miembros del cuerpo en estado deplorable, no tenían medicamentos, nada. Todo el mundo pasaba por al lado como si nada, no les daban importancia. Cuando comencé a ver esas cosas no lo podía creer, lloraba de la bronca porque no podía hacer nada».
El «Puma» actualmente se desempaña como barbero en su propio local llamado «Antares Barber». Allí es feliz nuevamente, luego de sufrir una gran perdida la cuál lo hizo alejarse del fútbol por un tiempo. «Me volví de Venezuela por el fallecimiento de mi papá. Dejé de jugar al fútbol por dos años, estaba muy golpeado. Retomé nuevamente jugando para Sportivo, club que me abrió las puertas sin problemas. Hoy en día soy barbero, nada que ver con el fútbol pero me hace feliz».