Quedó demostrado el domingo 5 en General Villegas, con la poca gente que acudió a la convocatoria a la plaza al cumplirse un nuevo aniversario del 3J, que hacen falta más voces y más compromiso con un tema que va más allá de los femicidios.
La primera marcha autoconvocada «Ni Una Menos», el 3 de junio de 2015, marcó el rumbo para una serie de cambios en la sociedad argentina y contagió a gran parte del mundo con el «nos están matando, vivas nos queremos».
A siete años de la primera marcha, se visibilizan logros y otros esperan su turno, pero es necesario e imprescindible contar, a nivel local, con una agenda con reclamos, propuestas y acciones para encarar desde distintas áreas y de manera multidisciplinaria.
Sin embargo, puede haber más de una lectura para que muy pocas personas se acercaran al centro de la plaza, a las 15 horas, para renovar el reclamo del #NiUnaMenos en General Villegas. Por un lado, los organizadores pensaron que sería más fácil reunir gente el domingo 5, en lugar de realizar la marcha el mismo 3 de junio, lo que no tuvo el efecto previsto. ¿Varios eventos el mismo día, falta de interés o equivocado diseño de la convocatoria? Habrá que evaluarlo para la próxima vez.
Por otra parte, hubo ausencias desde el gobierno local, sobre todo del área de la Mujer, quienes deberían haber estado presentes.
Hacia un costado, se la vio a Alicia Laino, secretaria de Gobierno municipal y ex concejal radical, quien llevó adelante varios proyectos sobre perspectiva de género. Pese a aclarar que no estaba presente en forma oficial, Laino afirmó que se había enterado por redes de la convocatoria y que si en 2015 había estado, tenía que estar el domingo también.
Entre los testimonios de violencia en primera persona, familiares de víctimas y la carta de la abogada Ruth Biole sobre un reclamo judicial por cuestión de género, se escuchó la voz de Yanina Palacios, una joven que ha militado en grupos sociales y que hoy trabaja como empleada administrativa en la Secretaría de Desarrollo Social. Sin embargo, pese a su buena voluntad y acertado discurso, carecía de representación institucional.
Yanina hizo hincapié en la poca cantidad de asistentes indicando que «hay que hacer que la gente que venga a este tipo de encuentros sea más, porque esto nos concierne a todas las personas, no solamente a todas las mujeres. Los hombres tienen que repensar todo lo que tienen aprendido. ¿Los hombres no sienten, no lloran? Eso también es culpa del machismo.»
Otros que aportaron presencia, fueron dos efectivos de la Comisaría de la Mujer, que no hicieron declaraciones, por no contar con autorización para hablar oficialmente.
Mirta Ramírez, quien fuera distinguida por la Municipalidad en 2019 por su labor dentro del grupo de reflexión sobre violencia de género, fue quien cerró el encuentro, refiriéndose a que «el femicidio no puede ser nuestro piso ni nuestra base»; y agregó que «estamos en una etapa transicional de la justicia y un momento muy delicado por lo que ha pasado en los dos años de pandemia en que no nos podíamos reunir, pero en los que la violencia continuó.»