«El Pulpo» se juega sus últimas fichas del Apertura este domingo cuando reciba a uno de los dos punteros del torneo, Atlético Villegas.
No hay mejor manera de encarar la recta final de un certamen que con un clásico. Esto mismo ocurrirá en la novena fecha cuando Sportivo enfrente a Atlético Villegas. La Academia marcha como líder junto a Santa Rita, pero el aurinegro aún mantiene las esperanzas y no bajará los brazos sin dar pelea.
Pablo Peredo, voz autorizada en el vestuario del «Pulpo», pasó por los micrófonos de OVACIÓN, donde palpitó el nuevo clásico que se aproxima: «Me imagino un partidazo. A ninguno le sirve el empate y los dos equipos saldremos a dejar todo para llevarnos los tres puntos», comentó el arquero. «Este clásico se empezó a jugar desde el lunes, nadie quiere perder. Sabemos que son un equipo muy duro pero nosotros nos preparamos de la mejor manera. Tenemos plantel suficiente como para suplir las bajas e intentaremos implementar nuestro juego desde el primer minuto», añadió.
Sportivo es una institución que apuesta mucho a los jugadores surgidos de inferiores. Aunque en el plantel de primera se encuentran gladiadores curtidos en mil batalla como son los casos de Peredo y Mario Magallanes. El guardameta ex Atlético Villegas, Juventud y Sarmiento se refirió a como conlleva la convivencia con un plantel tan joven: «Con Mario siempre tratamos de brindarles todas nuestras experiencias a los chicos. Queremos ayudarlos a que todo les sea más fácil. Yo siempre les digo que nos escuchen porque uno los corrige con buena intención», subrayó.
Pablo se siente muy a gusto en el «Pulpo», club con el que se ha dado el lujo hasta de coronarse campeón en su primera etapa. Además actualmente se encuentra entrenando a todos los arqueros de inferiores. Pero lo que le da un extra es tener un director técnico que lo entienda a la perfección como lo hace César Páez: «Tengo charlas constantemente con César. Es distinto cuando tenes un entrenador que supo ser arquero porque te entiende en todo. Aprendo mucho de él, de sus consejos, todo. Soy un pibe que busca mejorar constantemente. De hecho siempre suelo mirar los vídeos de nuestros partidos para ver que cosas debo corregir», manifestó.
Por último Peredo rememoró el momento en el cuál se inclinó por el arco y como a lo largo del tiempo el cuerpo le pasa factura por los intensos entrenamientos del puesto: «En mis comienzos era jugador de campo en Eclipse. Con el tiempo decidí ser arquero porque mi tío siempre me mandaba a atajar en los partidos del barrio. También me ayudó mucho la altura. Es un puesto muy lindo pero te tiene que gustar. El arquero tiene otra preparación, con muchos golpes. A cierta edad esos golpes se empiezan a sentir en el cuerpo pero de todas maneras uno lo disfruta un montón».