El montañismo nació en los Alpes al final del siglo XVIII. Su objeto no fue otro que llegar a la cima de una determinada montaña, como un reto a la naturaleza, que en ocasiones se llega a perder la vida. Se trata de la disciplina, en general deportiva o recreativa, que consiste en la realización del ascenso y descenso de montañas. Esta disciplina ha crecido mucho en los últimos años y varios villeguenses se han inclinado por llevarla a cabo.
Días atrás Carlos Schiavi, Ignacio Leiva y Mario García, desafiaron a la naturaleza escalando los cerros Arenales (3500 metros de altura), Lomas Blancas (3600 metros), San Bernardo (4100) y Adolfo Calle (4200), todos ubicados en Potrerillos, Mendoza.
Tanto Carlos Schiavi, como Ignacio Leiva pasaron por los micrófonos de OVACIÓN, donde comentaron la experiencia vivida y de lo que trata la disciplina: «El montañismo es una actividad que no tiene medias tintas, o se ama o se descarta», enfatizó Schiavi. «A mi particularmente me atrapó muchísimo. Además me dio la posibilidad de vivir experiencias increíbles y conocer muy buena gente. Fue así como conocí a Ignacio también», agregó.
Para Leiva escalar por encima de los 4000 metros no era algo habitual. Por lo que la aventura se le hizo muy cuesta arriba según manifestó: «Fue mi primera experiencia en los 4000 metros. La verdad fue bastante duro. Hay un momento en que la cabeza te juega una mala pasada y querés largar todo. Creo que si no vas preparado desde lo mental es imposible realizar esta tipo de actividades. Después es cuestión de si estás bien entrenado o si llevas los equipos adecuados para escalar tantos metros».
Carlos, el de más experiencia en cuanto al montañismo, se refirió a los riesgos que existen en la practica del mismo: «El riesgo tiene que ver más con la prevención que otra cosa. Hay que si uno se extralimita o lo maneja de buena manera. Por ejemplo hay personas encaran las montañas yendo muy livianos. Nuestra filosofía se basa en ir un poco más pesados pero con todo el equipo necesario por si surge algún imprevisto», subrayó.
Schiavi también hizo hincapié en como sobrellevar los mareos o nauseas que puede provocar el estar a una altura tan elevada: «Hay muchos momentos en la escalada que el cuerpo te pasa factura y se siente muy mal. Uno debe aprender a convivir con eso, dejar que el cuerpo se vaya adaptando y aclimatando a lo que necesita. Otro tema importante es lo mental, diría hasta crucial en este deporte», expresó.
Consultado por como se maneja la alimentación durante el ascenso Carlos respondió: «En la altura el metabolismo es mucho más lento, por lo tanto se debe llevar comidas nutritivas pero fáciles de digerir. Otra cosa a tener muy en cuenta son los pesos de los alimentos, porque un kilo de más puede llegar hacer la diferencia ante tantas horas de escalada».
Para cerrar Schiavi y Leiva deslizaron acerca de cual será su próximo desafío de montañismo: «La idea que tenemos es ir al Vallecito de Mendoza, donde hay un cerro de 5500 metros. Los desafíos más atrapantes para los escaladores son los cerros que rondan los 6000 metros de altura».