Cada vez es más común ver personas y sobre todo adolescentes, tomando latas de coloridos líquidos inyectados de azúcar y cafeína.
Para el Dr. Carlos Palombo, el tema del consumo de bebidas energéticas tiene que ver fundamentalmente con el «alto contenido de cafeína o cualquier derivado de las xantinas (grupo de estimulantes de baja potencia). Es como tomarse una botella de café entero bien fuerte».
Una lata, por sí sola, en una persona sana puede dejar «un estado de alerta un poquito mayor, como si hubiese tomado gran cantidad de café, pero en algunas personas con ciertas predisposiciones o en personas que combinan el abuso de la bebida con cuestiones que los ponen en mayor riesgo puede desarrollar complicaciones moderadas a graves e inclusive hasta la muerte, fundamentalmente por la potencialidad de desarrollar arritmias cardíacas graves», manifiesta el médico cardiólogo.
Palombo habla también del «falso mensaje», con el ejemplo del tomador de café crónico, que puede tomar dos botellas de café que ya no lo despierta más. «Se empieza a producir lo que se llama tolerancia a la cafeína, como sucede con cualquier otro tipo de estimulante del sistema nervioso, drogas de uso medicinal o drogas ilegales. La gente se acostumbra y ya no genera el mismo efecto, con lo cual es relativo el hecho que ayuda a estar tener despierto, si se toma con asiduidad», asegura.
Según el médico, «como todo en la vida en general, es la justa medida. Tomado con prudencia y responsabilidad, una latita no debería generar nada.»
Otra cosa «es que la persona tenga algún tipo de afección, historial de arritmias previas o algunos síndromes eléctricos del corazón que pueden predisponer la aparición de arritmias o enfermedad cardíaca», quienes deberían evitar consumir la bebida.
«No hay que abusar. Por supuesto, este tipo de bebidas son muy dulces, lo que significa un alto contenido de azúcar y hay que tener precaución», sugiere.
Palombo lamenta que el consumo de bebidas energizantes «está muy masificado el uso y el abuso en los adolescentes jóvenes, con la cuestión del mito de que tomo esto y estoy pum para arriba o me gano más chicas o me desinhibo y la verdad es que el marketing para muchas cosas es muy bueno y para otras hace comprar cosas que no necesitamos.»
El D. Palombo señala que si se mezcla la ingesta con metanfetamina, como es el éxtasis y y ese tipo de drogas sintéticas, tiene un efecto muy similar, pero mucho más potente en cuanto a ser estimulantes del sistema nervioso central, se genera irritabilidad eléctrica de la actividad cardíaca y es mucho peor. Se potencia el desarrollo de arritmias graves.»
«Si hablamos solo de la bebida por sí misma, no estaría hablando de gran potencialidad de generar daño, el tema es que generalmente esto arrastra otras cosas», pero «la combinación de la bebida con energizante es con alcohol. Es noche, es deshidratación, es mal nutrición, es mal dormir, es abuso de sustancias prohibidas», destacó el profesional.
Palombo habló también del abuso de este tipo de bebidas para «entrenar o para rendir más y ahí se empiezan a combinar con esas conductas (mal dormir, deshidratación, mal nutrición) son un montón de cosas que sumadas empiezan a ser letales.»
Cuando se mezclan, se pueden presentar síntomas en el organismo como elevación de la presión arterial, arritmias cardíacas y si existe un consumo excesivo se pueden llegar a presentar convulsiones, infartos y accidentes cerebrovasculares.