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lunes, octubre 14, 2024

La soñada vida de Agustín Muñiz y una romántica aventura por suelo mexicano

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«GPS, villeguenses por el mundo» sigue recorriendo el planeta y la vida de los nuestros en cada latitud.

En este caso, el protagonista fue Agustín Muñiz, un joven de tan solo 24 años que pasó por los estudios de ACTUALIDAD, charló con Esteban Mutuberría y maravilló a todos por su madurez y aspiraciones.

Primeros pasos

Egresado en la Escuela N° 201 de General Villegas, Agustín pegó el salto directamente a Chile en su primera prueba en el exterior. «Fue una experiencia muy bonita, algo que me impulsó a seguir viajando y no detenerme».

Su residencia en el país trasandino fue por distintos lapsos de tiempo en los que continuamente regresaba a General Villegas.

Ambiciones más grandes

Su idea principal de emigrar definitivamente y mantenerse asentado en otro país tenía a Europa, más específicamente a España, como primera opción.

Sin embargo, un amigo lo llevó a conocer a Samanta, quien vivía en Tulum, una ciudad de la costa caribeña de México. Entonces, Matías aceptó la propuesta y tomó la decisión de establecerse en este país, junto a quien hasta el día de hoy es su pareja.

«Con mi pareja en Playa del Carmen cuando yo llegue a México».

«Fue una decisión muy grande para mí, la familia y los amigos», comentó. Además, mencionó que la idea fue chocante para su familia en un principio, pero con el paso del tiempo se acostumbraron.

Su iniciativa consistía en vivir por un largo período en tierras norteamericanas y regresar a Argentina solo de visita.

Vida laboral 

Más allá de que había hablado con su pareja sobre la situación económica en México, el villeguense se arriesgó completamente y llegó al país norteamericano sin trabajo ni nada planificado en vista.

Comenzó a buscar con desesperación un empleo. Para su fortuna, a dos días de haber aterrizado empezó a trabajar en un restaurante como ayudante de cocina, aunque no se llevó la mejor experiencia.

Luego se desempeñó en un lindo hotel, barato por la zona en la que estaba y con gente de todo tipo: «Limpié habitaciones e hice lo habitual de ese servicio».

Si bien «fue un lindo trabajo», Matías todavía no se sentía cómodo en su función. Su compañera de aquel entonces, oriunda de Italia, se dio cuenta de ello y le brindó al joven una propuesta interesante.

Otro hotel, más cercano a la zona, se encontraba buscando guardia de seguridad. El villeguense se animó y probó con este nuevo trabajo, en el cual se mantiene hasta la actualidad.

«El equipo de trabajo de cuando yo entré. Personas de México, Argentina e Italia».

Planes para el futuro 

Su idea es completar el contrato de trabajo, que tiene una duración de dos años, aunque todavía no tiene definido renovarlo.

Esto se debe a que le gustaría probar suerte en Europa en el corto plazo: «Creo que existe un tiempo para eso y no quiero desaprovecharlo».

Sin embargo, a largo plazo, manifestó su deseo de volver a la ciudad que lo vio nacer, una vez recorrido y explorado el mundo. «No se cuándo ni de que forma, pero mi anhelo es regresar a General Villegas», afirmó.

¿Qué es lo que más extraña de Argentina y General Villegas?

El joven no dudó un segundo y dijo: «Sin dudas que nuestras costumbres, ya sea los asados, tomarme un fernet con mis amigos o esa facilidad que tenemos para entrar en confianza. Eso es algo que nos destaca y diferencia de otros países».

En cuanto al balance de su decisión, comentó que se siente muy satisfecho, ya que nunca llegó al punto de tirar la toalla y querer volver a Argentina definitivamente. No obstante, contó que ha tenido picos de estrés, provocados en gran medida por cuestiones laborales.

Y añadió: «Me fui de Villegas hace un año y cuatro meses, pero siento que pasaron cinco meses. Siempre tengo algo que hacer o aprender; y eso influye en la pérdida de la noción del tiempo».

¿Cómo es México?

Matías reconoció que su expectativa del país no era la mejor, lo veía como tierras desconocidas, pero eso lo llevó a tener curiosidad de explorarlo.

Su primera impresión fue muy buena: «Me sorprendió mucho la amabilidad de los mexicanos, siempre están dispuestos a ayudar y darte una mano, estoy super agradecido».

Una diferencia que rescató entre ambos países es que los mexicanos son más cerrados que los argentinos en las nuevas relaciones. Sin embargo, dijo que son culturas muy similares.

En cuanto a Tulum, la ciudad en la que vive, es un lugar de aproximadamente 33.000 habitantes y se encuentra cerca de sitios como Playa del Carmen o Cancún.

«Es un territorio muy pequeño e, incluso, se puede asemejar al tamaño de General Villegas, pero con la particularidad de que es muy turístico gracias a sus fiestas, hoteles de lujo, playas y ruinas mayas», definió.

Una foto en la entrada a unas ruinas Mayas.

¿Cómo ven a los argentinos en México?

Según Matías, la mirada que tienen los mexicanos acerca de nuestro país es que los argentinos están en todos lados, algo que confirmó con una anécdota: «Cuando ganamos el Mundial de Qatar, el centro de Tulum se llenó como nunca, repleto de argentinos que obligaron a cortar la avenida principal de la ciudad».

Por otra parte, contó que los porteños (denominación para nacidos en CABA) no son bien vistos ni recibidos en tierras mexicanas, por su forma de ser que resulta chocante.

Pero en definitiva y en su gran mayoría, los argentinos que residen en México son bien vistos por los locales: «Saben que no vamos a molestar a nadie y nos dejan a nuestra suerte».

«Con mi compañero de trabajo y amigo de Venezuela, Israel».

Anécdotas 

La mejor experiencia en suelo mexicano fue en Playa del Carmen: «Era el cumpleaños de Samanta y fuimos a mirar una película al cine. Cuando terminó, fuimos a jugar a la máquina de sacar peluches, allí apareció una señora pidiendo que le saque uno y ella me daba el dinero. Yo rechacé la propuesta en un primer momento, pero insistió, acepté y, a medida que iba fallando, iba aumentando la cantidad de dinero. Fue muy divertido, porque mientras yo me enojaba cada vez más por perder, la señora se reía, pese a que el peluche era para ella y el dinero para mí».

Su peor recuerdo de la estadía en el exterior fue un accidente de tránsito sufrido en bicicleta: «Iba por la bicisenda y dobló un taxi que no miró ni se fijó para donde iba, entonces me terminó llevando puesto. Ahí fue cuando me salió el argentino de adentro y comencé a los insultos. Fui al hospital a hacerme estudios, pero por suerte no tuve nada grave físicamente. Solo fue el shock del momento».

Una nueva historia de un joven que sueña en grande y con ganas de comerse el mundo. Futuro tiene, por su compromiso y valentía. A Agustín Muñiz le esperan cosas enormes en su vida. Eso sí, siempre llevando la bandera de General Villegas por todo el planeta.

«Esta foto me la tomaron en un hotel en Cancún, cuando me quedé una noche. Fue un lindo lugar para conocer».
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