No hay nada más satisfactorio para una persona que cumplir sus sueños y objetivos. Uno de esos casos es el de Agustín Labarthe, el villeguense de 24 años que se encuentra radicado en España y logró su meta de explorar lugares fascinantes del planeta, pese a su corta edad.
Con la humildad que lo caracteriza, el joven se dispuso a charlar con Esteban Mutuberría en el decimoctavo programa de «GPS, villeguenses por el mundo». Una nueva experiencia de los nuestros, repleta de historias y vivencias extraordinarias en distintas latitudes del planeta.
Primeros pasos
Pese a que gran parte de su familia vive en General Villegas, Agustín se mudó a Santa Rosa previo a su partida al exterior.
La razón estuvo relacionada con cuestiones laborales de su padre. Por este motivo estudió primaria y secundaria en la provincia de La Pampa.
Salto al exterior
Una vez terminados los estudios iniciales, Agustín inició su carrera en Italia, ya que su facultad contaba con un programa de doble diploma. «Comenzó siendo una idea lejana, pero a medida que fue pasando el tiempo, la posibilidad empezó a tomar fuerza; y los requisitos y el promedio me daban», afirmó.
El joven aprovechó la oportunidad y la experiencia le sirvió para sacarse la duda sobre la vivencia en el extranjero.
En su caso, el apoyo familiar por la decisión estuvo allanado por su hermana, que tuvo la misma idea y oportunidad en otra facultad de Francia. «Fue ella quien tuvo que convencer a mis padres en su momento, así que cuando me llegó el turno, me brindaron su sostén desde un primer instante».
La facultad en la que se encontraba tenía convenios con otras ciudades, pero la más aceitada se ubicaba en Turín, ya que el acuerdo era mejor y brindaba un alto desarrollo previo de estudiantes. Por esta razón, Agustín partió junto a un amigo rumbo a esta ciudad, con el curso de Ingeniería Industrial.
Su idea inicial fue vivir esta experiencia por dos años, lo que le resultó mucho tiempo por ser la primera prueba «afuera». No obstante, el apoyo de su familia fue suficiente para convencerlo de que era lo mejor en ese momento.
Agustín se recibió en julio del 2020 por videollamada, debido a que era época de pandemia de Covid-19. «Al principio, hablar del norte de Italia era parecido a un infierno, porque allí se concentraron gran parte de los casos y fue donde se expandió por Europa. Yo no la sufrí demasiado, prioricé que mi familia no se preocupe. Como estaba haciendo la tesis, perdí buena parte de mi tiempo en eso», comentó.
Regreso fugaz a Argentina y nuevo destino europeo
A los pocos meses de haberse recibido, encontró la partida de nacimiento de su tatarabuelo italiano y eso le brindó la posibilidad de hacer la ciudadanía, porque hasta ese momento estaba por la visa de estudio.
En noviembre de 2021 volvió a Argentina para hacer la ciudadanía y «frenar un poco». Hasta entonces solo podía residir en Italia, pero la ciudadanía le permitió considerar a todo Europa como una posibilidad de asentamiento.
Agustín había comenzado a trabajar en una empresa con sedes en otros países, entre ellos España, así que decidió pedir el traslado.
«Tuve suerte de que la empresa era pequeña y me mudé. Fue un cambio grande, pero yo sentía que necesitaba un nuevo ambiente después de mucho tiempo en Italia», mencionó.
Actualmente se mantiene en la misma empresa, una consultora empresarial; y tiene varios servicios. El trabajo de Agustín es manejar bases de datos a clientes de grandes empresas. «Me apasiona lo que hago y estoy muy cómodo», dijo.
Viaje al Mundial
En medio de tanto trabajo, el villeguense aprovechó la oportunidad y cumplió un sueño: en noviembre de 2022 partió a Qatar, para vivir la Copa del Mundo. «Era un gusto que me podía permitir, así que hablé con mis jefes y les comuniqué las ganas de estar en el Mundial, hasta que pierda la Selección Argentina», recordó.
El viaje fue con un amigo y conocidos. Y debido al buen rendimiento de la «Albiceleste», pudieron disfrutar la gran mayoría de los partidos. «Fue una experiencia impresionante e inolvidable», indicó.
Sin embargo, contó que esta experiencia tuvo su peor lado: conseguir entradas para los partidos. «Conllevaba un estrés muy grande a medida que íbamos avanzando de ronda. Por ejemplo, a dos horas de la final con Francia estábamos sin entradas, se hacía muy difícil ese tema», manifestó.
También dijo que se hizo muy complicado dimensionar lo vivido por la euforia del momento. «Dentro del estadio era el paraíso, recién caímos cuando volvimos a España».
¿Cómo es Europa?
Su primer destino fue Italia, un país del cual no tenía muchas expectativas ni referencia. «Es un destino poco conocido para emigrar, fui a ver con qué me encontraba y la verdad que es un lugar increíble, super linda y enamoradiza», opinó.
Luego se mudó a Madrid, el lugar más poblado de España y la capital del país, que cuenta con alrededor de 7 millones de habitantes, lo que lo convierte en el segundo sitio más habitado de Europa.
«Es una ciudad cosmopolita, tiene mucho para dar aunque no la conozco tanto todavía, sé que es parecida a Buenos Aires y está plagada de argentinos y latinoamericanos», declaró.
Agustín mencionó que, a lo largo de sus diferentes estadías por Europa, nunca fue tratado mal ni de forma peyorativa por personas locales. «Ser argentino es bueno en Italia y España, siempre hay algún pariente», expresó.
Más allá de sus seres queridos, el villeguense mencionó la cultura y las cosas típicas argentinas difíciles de reemplazar y acostumbrarse, como hacer un asado.
A su vez, explicó que viajar por Europa no es tan sencillo como se cree. «Se deben hacer algunos sacrificios importantes, aunque la recompensa es muy grande, porque se conocen distintas culturas y países extraordinarios».
Planes para el futuro
Su plan siempre fue regresar a Argentina, pero sin apuros. «Considero que esta oportunidad de vivir en el exterior es muy linda y no se da todos los días. Cuando me toque volveré, pero creo que hoy es tiempo de estar afuera», dijo.
Por último, aseguró que continuará con su objetivo de viajar y explorar el mundo. «Una vez que regrese al país quiero estar satisfecho de todo lo vivido en el exterior; y cansado de tantos viajes por el planeta», concluyó.
24 años y una vida por delante para un joven pero gigante en tierras españolas. Siempre con la mente en volver, porque la «argentinidad» no se negocia y Agustín lo tiene claro, no importa en qué latitud se encuentre.