Luego de regresar de sus vacaciones, Nicolás Ferrero encontró un importante faltante de elementos en su casa, ubicada en las calles Sarmiento y Ulla.
Desde hace mucho tiempo, Ferrero había presentado su reclamo por la conexión del servicio de energía eléctrica, razón por la cual aún no habita la casa.
Este el segundo robo que sufre el propietario de la vivienda, ya que en enero de 2020 también pasó por una situación similar, en medio de la obra en construcción por aquel entonces.
Pero en esta oportunidad, mientras el dueño disfrutaba de sus vacaciones, la casa sufrió el robo de distintos elementos, como una bomba centrífuga, dos alargues de 25 metros, varias latas de pintura y rollos de cable.
Según estimó la víctima, los ladrones ingresaron por la puerta y forcejearon hasta romperla, pero no se sabe con exactitud qué día fue el robo. «Me enteré cuando regresé de las vacaciones», explicó.
Ferrero habló de una cuestión judicial que aún está sin resolver en el medio de este tema, lo que hace que la conexión para contar con el servicio de energía eléctrica aún no logre resolverse.
Según manifestó, en este caso esa instancia corre por cuenta de los loteadores que le vendieron el terreno, pero con la intervención de la justicia por otros aspectos legales, demora una respuesta concreta en este sentido.
Después de cuatro años de espera, la paciencia de Ferrero está llegando a su límite. «La maldita burocracia argentina me imposibilita gozar de un servicio básico, más allá de todas las denuncias realizadas y teniendo la energía eléctrica a tan pocos metros de mi casa», expresó.
Mientras tanto, sus vecinos cuentan con un servicio eléctrico. «No me quieren conectar a mí por un capricho. Tengo una familia, gastos de alquiler y la necesidad de habitar la casa. Todo se soluciona con una simple conexión, que hasta evitaría estos robos y las consecuencias de una vivienda que no está bien cuidada por la inhabitabilidad», manifestó Ferrero.
Por otro lado, apuntó contra la gestión anterior y su intendente, Eduardo Campana. «Intenté hablar con él y nunca me prestó atención». En contrapunto, reconoció que el actual gobierno escuchó las necesidades desde el primer día.
«Tengo dos opciones, me bajan la luz o me conecto. Es una simple obra que no lleva más de veinte minutos. Si estoy en la casa, los ladrones lo van a pensar dos veces al momento de entrar. La luz me la conectan por las buenas, o por las malas», sentenció.