Siempre quedan historias y testimonios por escuchar. Por eso, «GPS, villeguenses por el mundo» nos trae un nuevo relato de uno de los nuestros, en otra parte del planeta.
Sueños por alcanzar, contactos cercanos o el díficil momento económico, son alguno de los motivos por los cuales hay muchos argentinos y villeguenses que apuestan a emigrar y seguir su vida en otras tierras.
Hoy conoceremos un poco la propia vida de Diego Matellán, villeguense de 36 años que, por distintas razones, se encuentra en el otro lado del charco. Bajo la conducción de Esteban Mutuberría y la predisposición de cada uno de los protagonistas, GPS vuelve a entrar en el corazón de los villeguenses.
Primeros pasos
Tras culminar sus etapas secundarias, Diego emprendió viaje rumbo a Córdoba, dónde estudió y se recibió en la carrera de Agronomía. Se quedó un tiempo más en esa provincia, donde se mantuvo gracias a la profesión que había elegido.
Pero luego retornó a la ciudad que lo vio nacer. En General Villegas también estuvo durante un lapso corto, antes de que surja la primera idea de emigrar junto a su actual esposa, Macarena, de origen cordobés.
Una de las razones para decidir partir hacia otro país fue la compleja situación económica que atraviesa Argentina, lo cual no generaba un buen augurio para sus vidas ni las de sus futuros hijos. También los convenció la idea de asentarse en el mismo sitio que un amigo, para que la adaptación no sea tan brusca.
La valentía para salir de la zona de confort
El plan de probar suerte en otro lado no fue de un día para el otro, sino que era algo latente en sus vidas y que veían siempre con buenos ojos. Pero tuvieron que esperar hasta el 2022 para llevar a cabo esta salida del país, aterrizando por primera vez en Porto Cristo, Mallorca.
Porto Cristo es una encantadora ciudad portuaria en la costa sureste de Mallorca, España. La ubicación en una bahía pintoresca, enmarcada por acantilados bajos, ha favorecido el ascenso de este lugar a un importante destino turístico de la isla balear. El agua cristalina brilla bajo el sol y los veleros con cascos blancos se balancean sobre las olas, dando un contraste muy especial y extraordinario.
«Creo que es un lugar en el que a todos nos gustaría vivir. Es un sitio pequeño, pero es un paraíso, con agua cristalina y paisajes tremendos», explicó. Además, comentó que es la ciudad donde vive Rafael Nadal, uno de los mejores tenistas de la historia, a quien ha cruzado en algunas oportunidades.
Y expresó: «Quisimos arriesgarnos. En caso de que no saliera bien, quedarnos tranquilos de haber aprovechado una oportunidad y experiencia de vida. Estamos cómodos y estables económicamente. Tiene sus ventajas y desventajas, porque estar lejos de la familia cuesta, pero estamos bien, conociendo otra cultura».
Proceso de adaptación
Pese a tener expectativas generadas, el villeguense aseguró que hubo aspectos que los sorprendieron de España en estos dos años. Uno de ellos es la sociedad, sosteniendo que el argentino es más solidario y ‘familiero’ que el español.
«Poco a poco, uno va conociendo a los españoles. Pero dentro de todo, nos han recibido muy bien y estamos contentos. He tenido charlas con los españoles y nos ven como buena gente, considerando que somos españoles viviendo en otro lugar, después de lo que pasó en algún momento de la historia. Nos tienen mucho respeto», manifestó. Esto hace referencia a la colonización española sobre nuestro país hasta 1816, cuando Argentina se independizó.
Al mismo tiempo, afirmó que la falta de espontaneidad a comparación de los argentinos es el factor más fuerte de este choque cultural entre ambos países, así como también la gastronomía. Sacando lógicamente los afectos familiares, lo que más extraña Diego de Argentina y General Villegas es la libertad que le daba su profesión de recorrer el campo y sentirse feliz haciendo lo que más le gusta.
Por otro lado, aprovechó para contar una situación graciosa, extraña y emocionante al mismo tiempo, donde se encontró a una joven ameghinense en pleno centro español. Luego sucedió lo mismo con Magdalena Albín, villeguense que ya tuvo su espacio en el programa.
Vida laboral
Una vez llegados a suelo español, comenzaron con los trámites para obtener la ciudadanía, ya que en caso de trabajar en negro, corren riesgo de ser deportados y sancionados porque está prohibido. Más allá de estar lejos de la familia y no poder trabajar en sus primeros meses, nunca pasó por la cabeza de Diego la idea de volver al país.
Al ser un espacio muy turístico por sus playas de ensueño, Porto Cristo se caracteriza por brindar un buen servicio a sus visitantes. Es por eso que existen muchos hoteles, restaurantes y boliches, lo que convierte a la isla en una zona muy movida. Diego es cocinero en uno de los restaurantes del lugar.
Por la falta de trabajo en su momento y el ahorro de dinero, la pareja aún no tuvo la posibilidad de conocer otros lugares de Europa ni del mundo. Pero ya con una economía estable y segura, han programado viajes a varios sitios turísticos del viejo continente, como Italia, Barcelona, Suiza o Francia.
Planes para el futuro
Más allá de cualquier planificación que se pueda hacer, Diego aclaró que todo es utópico e irreal por el momento. Aunque una de las opciones que barajan es regresar a Argentina en algún momento, para establecerse en una sierra cordobesa, donde nació su esposa.
«Me encanta Córdoba, mi esposa es de allá. Estuve viviendo mucho años ahí y me fascina, es un lugar que mueve pasiones. Todavía no tenemos un plan cerrado y definido, vamos paso a paso y vivimos el día a día. Volver al país sería cumplir con el objetivo final. Puedo ir a cualquier parte del mundo, pero Argentina tiene lo suyo y será siempre especial», subrayó el villeguense.
Del otro lado del Océano, a tantos kilómetros, pero tan cerca a la vez. Porque ha llevado sus raíces, mantiene sus costumbres y nunca se olvida de su origen. Su sangre será siempre argentina, siempre villeguense, a cada lugar donde vaya. Hoy disfruta su vida afuera, pero con la certeza de que, pase lo que pase, Diego llevará la bandera de su ciudad a cualquier parte de este diminuto planeta azul.